Legisladores locales y federales del PRD confiaron en que la labor de los 160 mediadores escolares, entre padres de familia, profesores y voluntarios, que ayer recibieron sus constancias y que trabajarán en un programa piloto para promover la cultura de la paz en 120 secundarias técnicas, contribuirá a abatir los casos de bullying en el Distrito Federal.
Los diputados locales Esthela Damián Peralta, Efraín Morales López y Daniel Ordóñez Hernández, así como el diputado federal Carlos Augusto Morales, informaron que alistan reformas a la Ley para la Promoción de la Convivencia Libre de Violencia en el Entorno Escolar del DF, a efecto de fortalecer la estrategia antibullying del jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, en las más de cinco mil escuelas públicas de la ciudad de México donde estudian alrededor de millón y medio de alumnos.
Adelantaron que en el paquete de iniciativas que presentarán en el próximo periodo ordinario de sesiones en la ALDF, se considerarán los resultados que arroje el Acuerdo Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia, Acoso, Maltrato y Discriminación en la Población Escolar, que se presentó el pasado 4 de junio y que ayer puso en marcha el mandatario capitalino.
Al respecto, indicaron que seguirán muy de cerca la labor de los 160 mediadores escolares que participarán en el programa piloto que de manera coordinada diseñaron el GDF, la Secretaría de Educación Pública federal, el Colegio Nacional de Mediadores Certificados, la sociedad civil, así como la Asamblea Legislativa del DF, “todo en aras de proteger a la niñez y su derecho a desarrollarse en un entorno libre de violencia”, manifestaron.
Los legisladores perredistas revelaron que las propuestas de reforma que ya se trabajan en la ALDF tienen un enfoque de prevención más que punitivo o policiaco, “el objetivo es construir ambientes pacíficos a través del diálogo para la solución de conflictos, sin tener que llegar a la sanción por la vía legal”, apuntaron.
Expusieron que para conocer más acerca de los alcances que tiene el acoso escolar en el DF, contribuirá de manera decisiva el estudio que realiza la Universidad Nacional Autónoma de México sobre el impacto que genera la violencia en alrededor de mil planteles educativos de la ciudad de México, así como la encuesta del INEGI acerca de los niveles de violencia en más de 80 mil domicilios de todo el país.
Finalmente, refirieron que de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar internacional de casos de bullying en educación básica ya que afecta a 18 millones 781 mil 875 alumnos de primaria y secundaria tanto públicas como privadas,
Lo importante en este tema (aparte de la prevención y de las acciones mencionadas en el artículo) es el círculo en el que se desenvuelven los estudiantes. El bullying o acoso comienza en la casa, desde pequeños y corresponde al bagaje cultural de la sociedad en la que se encuentra inmersa la familia y los «valores» que tienen en su entorno; me explico, si en la familia (del estudiante) las creencias y valores que se manifiestan son de violencia (no necesariamente física), discriminación social, racismo, etc. pues obviamente eso refleja en su entorno escolar. Nosotros, como padres, debemos estar alertas de lo que nuestros hijos observan en casa más que lo que aprenden fuera de ella. Es nuestro deber propiciar un entorno pacífico, con igualdad de género y armónico para que, por ende, se extienda al entorno escolar.
También es muy importante que las autoridades educativas tomen acciones al respecto, es urgente. No podemos esperar a que se discuta en la Asamblea Legislativa, reitero, es imperativo, haciendo un frente común todas las instancias.
Por último las autoridades educativas deberán establecer en su Plan y Programa de Estudio Vigente (a nivel nacional) una materia obligatoria para la Educación Básica llamada «no violencia» aparte de las ya conocidas, esto dará más resultados que vigilar o tratar de contener a los estudiantes. Repito, no es cuestión de «hacer conciencia», es cuestión de «tomar conciencia»; que no es lo mismo, aunque parezca igual.