Washington, 17 sep (PL) Científicos del Servicio Geológico de Estados Unidos vincularon el método de fracturación hidráulica (fracking) para extraer gas o petróleo con el aumento en la frecuencia de los sismos en algunas regiones del país.
Los especialistas afirman que desde 1999, cuando se extendió el fracking en los estados de Colorado y en Nuevo México, se han registrado 16 terremotos en esa zona de magnitudes superiores a 3,8 en la escala de Richter.
El fracking es una técnica que permite extraer petróleo o el llamado gas de esquisto, un hidrocarburo no convencional que se encuentra literalmente atrapado en capas de roca, a gran profundidad.
Para alcanzar y fracturar la roca de esquisto, se perfora e inyecta a alta presión gran cantidad de agua con aditivos químicos para liberar el gas, metano.
Entre el 25 y 75 por ciento del fluido inyectado vuelve a la superficie, según la Royal Society (Academia de Ciencias británica).
Esas aguas residuales se almacenan en estanques a cielo abierto excavados en la tierra, tratadas y reutilizadas o, como en el caso que estudió el Servicio Geológico estadounidense inyectadas a alta presión en formaciones rocosas, en depósitos subterráneos.
Los expertos norteamericanos observaron que desde que las empresas comenzaron a inyectar grandes cantidades de agua residual dentro de pozos subterráneos en Colorado y Nuevo México, lo que antes era una zona tranquila en términos sísmicos ha tenido 16 terremotos.
Señalan los científicos, que el epicentro de todos los sismos ha estado muy cerca de los pozos de inyección hidráulica.
El incremento de los terremotos se limita al área de actividad industrial dentro de un radio de cinco kilómetros de los pozos de inyección de agua residual, señaló el geofísico Justin Rubistein.
Según el estudioso, la mayoría de los pozos de inyección de aguas residuales en Estados Unidos son un producto de la extracción de gas y petróleo.
«Pensamos que en algunos de esos pozos de inyección los fluidos se abren camino hasta las fallas (tectónicas) de la zona y, en algún sentido, las lubrican, facilitan los terremotos», dijo Rubinstein a la Radio Pública de Colorado.
Los hallazgos del equipo de investigadores serán publicados en el número de octubre del Boletín de la Sociedad Sismológica de Estados Unidos.