Para el grupo parlamentario del PRD es evidente que al gobierno de la República no le interesa revertir la pauperización de los salarios y la pérdida del poder adquisitivo, pues el cumplimiento de objetivos macroeconómicos sigue dándose a costa del sacrificio de los trabajadores y de los grandes objetivos sociales.
Así lo manifestó el senador Raúl Morón Orozco al fijar la postura de su bancada en la comparecencia de la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga.
El legislador perredista señaló que la política social dejo de ser integradora y de tener vocación universalista, y por ello, se desvinculó de los derechos y de las conquistas históricas del pueblo mexicano, además de mantener una visión clientelar y asistencialista. De este modelo, agregó, sólo conocemos el estancamiento económico y la tendencia empobrecedora de las mayorías.
Recordó que el PRD ha propuesto el aumento al salario mínimo como “un asunto de justicia elemental para millones de mexicanos” y porque ningún programa público puede ser tan efectivo como el incremento de los ingresos de los mexicanos, “que por cierto se ha hecho en casi todo el mundo, menos en México”.
Asimismo, planteó aprobar una reforma constitucional que establezca el derecho universal a una pensión para las personas adultas mayores, el acceso a la educación en los niveles medio y superior, un seguro de desempleo y una “verdadera” reforma fiscal que sea redistributiva.
Dijo que de manera injusta en las últimas décadas se dirigen las grandes cargas fiscales a las clases medias y a las pequeñas y medianas empresas, se abre la puerta a la creación de monopolios, se sacrifica lo público en favor de intereses privados y se despoja de tierras a campesinos e indígenas.
Mencionó que ningún programa focalizado será efectivo mientras haya políticas que generen pobreza a gran escala, por lo que es indispensable rescatar como objetivos esenciales del Estado la redistribución más justa de la riqueza, la dignificación de las condiciones de trabajo, el combate a fondo de la desigualdad, la garantía y el ejercicio de los derechos universales.
Ante el proceso electoral de 2015, el legislador perredista exigió al Ejecutivo federal, a todos los gobiernos estatales y municipales “un respeto irrestricto por la democracia, por las libertades ciudadanas y por la dignidad de las personas”.
Estamos convencidos que si no se rescata lo social como la cuestión más estructural y estratégica, no habrá desarrollo, ni paz, ni futuro digno para todas y todos, enfatizó.