La Habana (PL).- Muy pocas veces un par de hermanos, en este caso hermanas, destacan tanto en una misma disciplina deportiva como lo hicieron en su momento las costarricenses Sylvia y Claudia Poll en la natación y en diferentes Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Hijas de padres alemanes Bernard Heinrich Poll y Thekla Katharina Ahrens y entrenadas ambas por el colombiano Francisco Rivas, resultó Sylvia quien primero descolló internacionalmente.
A los nueve años, se inició en el mundo de la natación, en el club Cariar, y desde entonces su entrenador supo que tenía bajo sus órdenes a una atleta de clase. Por tal motivo, se propuso trabajar un poco más con ella para obtener en su momento, los mejores resultados para un nadador en su país.
Aunque en un principio la natación era para ella solo un entretenimiento, una diversión, Rivas, le inculcó el amor por ese deporte y con total seriedad desarrolló rápidamente.
Sus primeros triunfos importantes llegaron en 1983 durante los Juegos Centroamericanos de Guatemala, donde se corona en 100 y 200 metros libre, 100 espalda y 200 metros combinados.
Era el preámbulo de lo que sucedería dos años más tarde en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe con sede en República Dominicana.
Allí, en Santiago de los Caballeros, la espigada sirena tica eclipsó a sus rivales, a aficionados y especialistas al ganar nada más y nada menos que diez preseas de oro en 100, 200, 400 y 800 metros libre, los 100 y 200 metros espalda, los 200 y 400 metros estilos y los relevos de cuatro por 100 metros libre y combinado.
El éxito le permitió clasificar a los Mundiales con sede en Madrid, España, donde terminó sexta en los 200 metros libre y un año más tarde, se consagró a nivel continental al ganar tres medallas de oro (100, 200 metros libre, 100 espalda), cuatro de plata (50 metros libre, 200 metros espalda, 4×200 m libre y 4×100 metros estilos) y un bronce, en 4×100 metros libres.
Así quedó listo el escenario para que la espigada nadadora tica hiciera su aparición en un nuevo contexto, los Juegos Olímpicos de Seúl-1988.
La capital subcoreana fue testigo de una hazaña sin precedentes para Costa Rica, pues el 19 de septiembre ante rivales como la recordista mundial alemana Heike Friedrich, su compatriota Manuela Stellmach y las estadounidenses Mary Wayte y Mitzi Kremer disputa la final de los 200 metros libre, en la que obtiene medalla de plata detrás de la ondina germánica.
De esta forma, Sylvia se convirtió en la primera medallista costarricense en la historia de los juegos estivales.
En su aventura de 15 años por las piletas del mundo, Sylvia dejó un historial de primera: participó en 626 pruebas de 116 torneos en los que ganó 614 medallas, 90 trofeos y estableció 290 récords. ÂíImpresionante!
Entre sus galardones se encuentran la Medalla al Mérito Deportivo que otorga el Comité Olímpico de su país, el de Mejor Atleta femenina de Latinaomérica y el Caribe en 1988, Mejor atleta costarricense (1986, 1987 y 1988) y de América en 1987.
Es una de los 25 atletas ticos galardonados como los mejores del siglo XX y es miembro de la Galería del Deporte (2000).
Diplomática de carrera, y dedicada en la actualidad a las Relaciones Públicas, Sylvia dejó un legado que marcó a muchas sirenas y tritones en su país.
En especial a su hermana, quien animada por sus éxitos poco después en los Juegos Olímpicos de Atlanta-1996 se erigió en la primera campeona olímpica de Costa Rica al ganar los 200 metros libre.