(ng) Los ratones, al ser uno de los principales reservorios del toxoplasma -un parásito intracelular que genera infecciones leves y asintomáticas y que sólo puede reproducirse sexualmente en el tracto digestivo de los gatos-, son manipulados en su contra precisamente por este huésped, pues requiere la depredación de los roedores para su reproducción, informó Sergio Ticul Álvarez Castañeda, investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del Noreste (CIBNOR).
En su conferencia titulada “Los ojos ven, sólo lo que la mente entiende”, que se desarrolló en el marco del XII Congreso Nacional de Mastozoología, con sede en la BUAP, Álvarez Castañeda explicó que el toxoplasma inhibe en los ratones la capacidad de oler la orina de los gatos, una habilidad que funciona como mecanismo de defensa para subsistir ante sus cazadores naturales. “Este mecanismo maquiavélico le sirve al parásito para poder asegurar su reproducción sexual, que sólo puede darse en el tracto digestivo de los gatos”.
Ante un nutrido grupo de académicos y estudiantes de las ciencias naturales de la BUAP y otras instituciones de educación superior del país, el egresado del Instituto Politécnico Nacional hizo hincapié al señalar que este tipo de conocimientos son resultado de investigaciones que surgen a partir de coherentes, pertinentes y fundamentados planteamientos de investigación.
Lo importante es la forma con la que llevamos una problemática a la concepción de una idea y hacemos un experimento de bajo costo que nos solucione un dilema, subrayó el ponente con doctorado en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México; y es que para este proyecto sólo fue suficiente analizar el comportamiento de ratones infectados y no infectados de toxoplasma.
El investigador presentó otro caso para ejemplificar lo anterior: el uso de los condimentos en la preparación de los alimentos que varía según la zona: tropical o austral.
En este proyecto, sólo con la revisión de recetas de cocina y una fuerte carga de conocimientos, se llegó a la conclusión de que los habitantes de las zonas cercanas a los trópicos emplean más condimentos en la elaboración de sus alimentos por el resultado de un método adaptativo que consiste en ingerir una gran cantidad de condimentos para obtener sustancias benéficas que contrarresten las enfermedades provocadas por las bacterias y protozoarios, que por cuestiones climáticas proliferan en este tipo de regiones.
“Éstas son dos ideas muy diferentes que muestran cómo con algo tan sencillo -como el análisis de libros de recetas de cocina- se puede hacer una aproximación científica del comportamiento de la naturaleza. Escogí estos casos porque emplean muy baja tecnología y porque el trabajo que se realiza realmente fue un esfuerzo intelectual que se contrapone a lo que estamos acostumbrados: a no hacer investigación por no poseer financiamiento”, indicó el académico.