¿Descontextualizan las redes sociales?

Por Francisco Javier Brenes Berho

 

La duda surge a partir de unos cuantos escandalitos de la clase política.

Ayer por la noche, un programa de esos de análisis se preguntaba si las llamadas redes sociales, principalmente facebook y twitter descontextualizan los acontecimientos, esto debido a los recientes escandalitos en los que se han visto envueltos diversos políticos y/o sus parentelas. Desde la hija de nuestro actual presidente, Enrique Peña Nieto (la siempre dulce Paulinita) hasta la Lady PROFECO, la Srita. Andrea Benítez, hija del ex procurador del consumidor, el nieto del actual Procurador de Justicia de la Nación, Lic. Jesús Murillo Karam, mozalbete que se permitió el ominoso  lujo de, por el hecho de haber sido rechazado, saltarse la barda de la casa de Cuernavaca de su ex-novia (a la postre hija del Director del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN), dependiente de la hoy todo poderosa y flamante Secretaría de Gobernación -SEGOB-) para ponerle una puñetiza de Dios guarde la hora, de hecho le dejó el rostro, más que de cotorra, verdaderamente irreconocible y todo ello sin que nada le pasara a él pues su poderoso y diligente abuelo, tan pronto como recibió el pitazo de lo que estaba pasando mediante una llamada telefónica del Procurador General de Justicia del Estado de Morelos, Lic. Rodrigo Dorantes Salgado, negoció con el padre de la joven para que ésta no levantara la denuncia penal correspondiente. Por supuesto también tenemos los casos de la Lady Senado, la senadora Luz María Beristain (PRD) quién se puso como camote a una empleada de mostrador de una línea aérea, de esas de bajo costo, porque llegó ocho minutos tarde y por políticas pre establecidas de la empresa no le abrieron el vuelo para que pudiera viajar junto con una cuatacha que la acompañaba.  No podía faltar en todo esto el asqueroso asunto del ex-ministro y ex-presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Dr. Genaro Góngora Pimentel quien primero metió a su compañera sentimental (me parece que antes les decían amantes) a trabajar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, luego le facilitó las cosas para que obtuviera un crédito de una vivienda de interés social y posteriormente al separarse, cuando la mujer lo demandó por pensión alimenticia para sus dos pequeños hijos, para colmo de males con capacidades diferentes por el hecho de padecer de autismo, y le ganó el que le diera algo así como el 30% de su jugosa pensión que supera los 325 mil pesos mensuales la metió en la cárcel acusándola de fraude por haber puesto la mencionada propiedad a su nombre (ni modo que la pusiera a nombre de los pequeños) y luego remató diciendo que lo siente mucho pero que ahí se quedará hasta que él determine que ya llegó el tiempo procesal pertinente.  !Vaya porquería! Verdaderamente me provoca náuseas y estos son los hombres que dirimen los asuntos más delicados e importantes de México, verdaderamente estamos fritos, por decir lo menos y con palabras que no ofendan al respetable, virtual e hipotético lector. Todos, y cada uno de estos casos despertaron airadas reacciones en las redes sociales, especialmente twitter y se dijo de todo, desde grotescos insultos, hasta razonados aunque no menos encendidos reproches y es por ello que los mencionados analistas se preguntaban si las redes sociales no sacan los acontecimientos de contexto y les otorgan dimensiones que no tienen, es decir, los sobre dimensionan. !Sobredimensionamos! Porque yo también participo activamente publicando críticas y comentarios.

 

El burro hablando de orejas.

Sería verdaderamente iluso, y por supuesto mentiroso, afirmar que en las redes sociales no se sacan los acontecimientos de contexto y que no se sobredimensionan, en primer lugar porque quienes publicamos comentarios somos seres humanos y en el ser humano no existe la objetividad pura, debemos procurarla e intentar acercarnos en todo momento, mas no hay persona alguna que pueda considerarse totalmente objetiva y si así piensa, además de tendenciosa es muy vanidosa. Pero la prensa escrita y los medios de comunicación masiva, radio y televisión, tampoco cantan nada mal las rancheras en ese aspecto, ya sea por factores estrictamente técnicos, como los ángulos que puede llegar a abarcar una cámara de televisión (90°), las tomas que seleccione el camarógrafo, los comentarios, la mayor parte editoriales, de los reporteros y la posterior edición para transmitirse al público, por hablar del caso de la tele. La radio, teniendo otras bondades como la factibilidad de otorgar mayores tiempos para difundir notas más completas también tiene sus límites y por supuesto tampoco escapa a la famosa edición y post edición de las mismas, la prensa escrita, por su parte, debe atender, igual que los anteriores casos, a las políticas editoriales e intereses comerciales y políticos de sus propietarios y directivos. Todo esto, sin demérito del otro factor que parece estar muy en boga hoy en día que es el famoso «chayote» o «chayo» que no es otra cosa más que el burdo y ruin soborno a un periodista, o casa editorial, para que no critique con excesiva dureza a determinados funcionarios públicos, instituciones o empresarios, si no es que de plano los adule y no pare de cantarle loas como parece estar sucediendo en algunos programas de análisis político televisados en donde poquito les falta para agacharse a besarle el trasero al señor presidente Lic. Enrique Peña Nieto. Así que es verdad, en las redes sociales hay de todo; chile, dulce y manteca. Lo mismo podemos encontrar rabiosos fanáticos de López Obrador, que barberos gobernadores priístas, o políticos y seguidores panistas, también algunos pocos que no encajan en ninguna de esas categorías, también hay quienes no conocen otra forma de expresar sus inconformidades que con groserías, insultos y descalificaciones a priori y quienes reclamamos tales formas y contenidos, pero lo cierto es que, en términos generales, somos más genuinos. No estamos pendientes de lo que nos diga un productor o de los juicios del editor. Que incurrimos en errores, sí, mas no buscamos el aplauso fácil de nadie y también solemos retratar y transmitir la realidad con mayor rapidez que los medios. De hecho el infame caso de la chica Ímaz o el del Ex- magistrado, no hubiesen sido conocidos si no es porque una hermana menor de la afectada subió su queja a face book y porque el del otro fulano circuló por twitter. De otra forma ni de broma se hubiese mencionado en tele o radio. !Ah! y ni qué decir de ese otro pillastre de pacotilla que ahora se hace el desaparecido para no comparecer a declarar sobre los multi millonarios fraudes de la Hacienda Pública del Estado de Tabasco.  Así pues, señores analistas de la tele pueden ustedes seguir preguntando: ¿Descontextualizan las redes sociales?javier2

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