ZONAS TROPICALES Y FORESTALES DE MÉXICO, EN PROCESO DE “GANADERIZACIÓN”, EN DETRIMENTO DEL MEDIO AMBIENTE

La cubierta vegetal de gran parte del territorio nacional ha sido seriamente afectada y deteriorada por el sobrepastoreo al que ha sido sometida por lo menos en más de 150 años. De 115 millones de hectáreas dedicadas a la ganadería, en el 70 por ciento presenta problemas de erosión y degradación, afirmó el investigador del Colegio de Postgraduados, Manuel Anaya Garduño.

 

Como consecuencia de este deterioro, añadió, aumenta la temperatura y el escurrimiento superficial del agua en torrente, lo cual se relaciona con el cambio climático y marca una gran diferencia entre los suelos de México y los suelos de Estados Unidos de América, por ejemplo en la zona fronteriza, al grado de que difícilmente podrían reincorporarse a su aptitud anterior, consideró el Colegio de Postgraduados.

 

El avance de los desiertos en el mundo se ve favorecido por el cambio de uso del suelo en grandes extensiones por la “ganaderización”, sin que los gobiernos apliquen leyes y normas rígidas ante el impacto ambiental y el deterioro de los recursos naturales, señaló el doctor Manuel Anaya Garduño.

 

El también coordinador del Centro Internacional de Demostración para el Aprovechamiento de Agua de Lluvia (CIDECALLI) del COLPOS, especialista en desertificación (degradación de las tierras) y coordinador de la elaboración del Plan de Acción contra la Desertificación en México (1994 y 2006), destacó que en América Latina –incluido México– hay una tendencia generalizada “a echar mano” de las zonas forestales y selvas tropicales, para ampliar la frontera agrícola y ganadera, sin reparar en los daños que ocasiona el cambio de uso del suelo.

 

“Desde México, Centroamérica, el Caribe y toda Sudamérica, grandes extensiones territoriales se incorporan anualmente a la explotación ganadera, en especial de la especie bovina. Se da el proceso de deforestación en selvas, bosques, arbustos y gramíneas (incluye pastizales), lo cual induce la expansión de la ganadería”.

 

Al celebrarse este 17 de junio el “Día Mundial de la Desertificación”, el académico señaló que México signó en 1993, en la Convención de París, un “Plan de Acción contra la Desertificación”, el cual estuvo inicialmente bajo la responsabilidad de la Secretaría de Desarrollo Social y, finalmente, en 2006 bajo la Comisión Nacional Forestal.

 

El consultor del PNUMA (1977-2000) mencionó “que es preocupante que la velocidad de degradación de las tierras en el mundo y en México es cientos de veces mayor que la velocidad de recuperación de las tierras; urge detener y revertir los procesos de degradación de las tierras ya que de otra forma se afectará la seguridad alimentaria y nutricional, el abastecimiento de agua y la protección de los recursos naturales”.

 

A este respecto, dijo, en 2003 se realizaron trabajos de rehabilitación en un millón 400 mil hectáreas; en 2004, fueron un millón 100 mil; en 2005, se trabajó en 900 mil; en 2006 se rehabilitaron 800 mil y en 2007 solamente fueron 150 mil hectáreas. La tendencia ha sido a la baja y la magnitud del problema de erosión en México, es de grandes dimensiones.

 

Se observan erosionadas más de 142 millones de hectáreas –el 70 por ciento del territorio nacional– de las cuales 115 millones son destinadas a la ganadería extensiva, mientras que en alrededor de 30 millones se considera que el problema de la desertificación es irreversible.

 

En América Latina y el Caribe tenemos fuertes problemas de desertificación; se han dejado sin cubierta vegetal extensiones que antes fueron selvas tropicales y bosques. En estos casos, debemos promover la determinación de los coeficientes de agostadero, que deben respetarse, pues es creciente el sobrepastoreo y la degradación de los recursos naturales. Es un reto para la sociedad, para los gobiernos y también para los ganaderos. “A estos últimos, hay que convencerlos, porque no les gusta invertir en conservación del suelo y agua”, apuntó.

 

Durante la continuación del Taller para el Fortalecimiento de la Seguridad Alimentaria Mediante la Mejora de la Gestión del Agua para la Agricultura y Mitigación de Riesgos Agroclimáticos, convocado por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la representante en México de este organismo, Nuria Urquía Fernández, afirmó que el cambio climático en el mundo es un tema extremadamente complejo. Es el gran reto de la agricultura y estamos viendo los efectos con la sequía.

 

En la región norte el problema va más allá de una sequía anual, sino que ha trascendido y la falta de agua en esa región de México es de largo plazo. Pero también tenemos la región sur que, si bien tiene las condiciones adecuadas para el cultivo de granos y otros alimentos, enfrenta problemas muy importantes debido a las inundaciones.

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