Anticonceptivo masculino podría cambiar a las misma «CULTURA».

Es súper importante el cambio cultural, independientemente del método anticonceptivo. Lograr que permeé la idea que los varones tengan control sobre la paternidad, creo que eso ya es muy importante. Crear esa conciencia de por qué es la mujer la que tenga carga hormonal y sus consecuencias, es esa parte cultural la importante”, explicó la doctora Claudia Treviño, sobre el posible anticonceptivo masculino.
Investigadores del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), descubrieron que los espermatozoides tienen una proteína única y si a través de veneno de alacrán, araña o serpiente, detienen su producción, podríamos hablar del primer anticonceptivo masculino.
 “Recientemente descubrimos que los espermatozoides expresan proteínas en particular que  ninguna otra célula tiene, están en el flagelo. Si se inhibe la proteína a través de la membrana de la célula, los espermas no nadan y no llegan al  óvulo. Como los componentes de los venenos de animales son capaces de inhibirlos, de ahí surge la idea de que los espermatozoides se inhabiliten y sea la solución”, puntualizó Treviño.
Sin embargo, los científicos aún no saben cómo podría tomarse y  qué tipo de hombre es candidato. Claudia aseveró que  no han llegado al proceso farmacéutico, en primer lugar porque “hacemos ciencia básica y analizamos la función del espermatozoide en general, además debemos  encontrar una fuente para surtir el veneno”.
Encontrar el veneno, se refiera a poder utilizar compuestos aprobados para el uso humano. Una vez identificados los compuestos “no sabemos si sólo lo use el hombre, o sólo sea una espuma para ambos sexos que inhiba al espermatozoide”.
Otro plus de la investigación es que no han encontrado efectos secundarios dañinos por ser no hormonal. “Es reversible, los hombres producen miles de células y pueden inhibirse, en cuanto deje de aplicarse las células se producen de nuevo”.
El proyecto cuenta con financiamiento por tres años del Gobierno del Distrito Federal y del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Treviño espera que con la continuación de las investigaciones en seis años se comercialice el descubrimiento.

 

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