Presidente urge al Senado aprobar reforma migratoria en EE.UU.

Washington, 22 jun (ULAN-PL) El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, urgió hoy al Senado a evitar más demoras y aprobar la reforma migratoria, al considerar que ahora existe consenso sobre el tema entre los congresistas de los partidos Demócrata y Republicano.

«Se acabó el tiempo para las excusas, es hora de arreglar de una vez y para siempre nuestro sistema de inmigración que no funciona», dijo en su habitual alocución sabatina por radio e Internet.

Según Obama, el proyecto de ley ofrecerá «un sistema de inmigración legal más sensato, un camino a ganarse la ciudadanía, una economía creciente y más vibrante que sea más justa para la clase media, y un futuro fiscal más estable» para las jóvenes generaciones.

Calificó la normativa como «un compromiso» de su Gobierno y aseguró que es consistente con los principios demócratas y republicanos.

Finalmente, urgió a los ciudadanos a contactar con sus senadores y diputados ante la Cámara de Representantes para exigirles apoyar la herramienta legal, que ayudaría a normalizar la situación de al menos 11 millones de extranjeros sin papeles.

El Senado debatió durante toda la semana el proyecto de ley y sus enmiendas, y prevé cerrar la discusión el próximo jueves.

Los legisladores de la Cámara alta votará este lunes varias modificaciones, entre ellas una propuesta de los republicanos John Hoeven y Bob Corker para destinar 30 mil millones de dólares a redoblar la vigilancia en la frontera con México.

Esa medida establece un llamado plan de refuerzo que incluirá duplicar los 20 mil agentes federales, construir un muro en los mil 126 kilómetros de frontera y el uso de equipos de alta tecnología como helicópteros, radares y aviones no tripulados (drones).

Grupos defensores de la reforma migratoria temen que esa disposición tenga un efecto negativo en las comunidades limítrofes, donde la mayoría de la población es latina.

Obama mencionó el tema migratorio entre las prioridades de su segundo mandato en un intento por contentar a sectores como el hispano, la mayor minoría étnica del país y que le concedió un amplio apoyo en las urnas durante la votación de noviembre.

El dignatario incumplió con una promesa similar hecha durante su primera gestión, cuando fueron deportados más de un millón y medio de indocumentados y se incrementaron los programas federales que incentivan la discriminación por perfil racial, como el de comunidades seguras.

La falta de acción gubernamental también motivó a varios estados para adoptar leyes antiinmigrantes como la SB1070 de Arizona, la cual autoriza a los policías chequear la situación legal de quienes consideren ilegales.

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