Pueblos andinos iniciaron Año Nuevo en momento peculiar

Tahua, Bolivia, 22 jun (ULAN-PL) El inicio del Año Nuevo Andino, el 5521 de la cosmovisión aimara, marca un momento de trascendental importancia para generar cambios y recuperar las energías de los ancestros, aseguró hoy un experto boliviano.

En entrevista con Prensa Latina Cancio Mamami, jefe de la Unidad de Antropología y Conocimientos Ancestrales del Viceministerio de Descolonización, afirmó que, según los sabios amautas, el comienzo ayer del nuevo ciclo andino ocurrió en un tiempo especial para convertir a Suramérica en un eje de renovación global.

«Vivimos un momento de particular trascendencia para los pueblos andinos. Tenemos ahora la posibilidad de gestionar desde aquí cambios sociales y ambientales hacia el paradigma del buen vivir, nuestros ancestros nos favorecen», consideró.

De acuerdo con el especialista en Antropología andina, los amautas creen que el núcleo energético del universo para generar cambios se encuentra ahora en los Andes, por lo que para los pueblos de estos territorios existe una posibilidad de convertirse en gestores de mejoras globales.

Mamani, principal impulsor de la celebración ayer en el salar de Uyuni por el Inti Raymi, la fiesta ancestral por el solsticio de invierno, comentó que esa conmemoración buscó suscitar una mentalidad de hermandad entre los pueblos, además de promover el salar, futuro escenario del Rally Dakar en 2014.

«Para nosotros, el Año Nuevo Andino es una procesión de las fuerzas telúricas y cósmicas, y que este año ha tenido el lujo de celebrarse en este escenario mágico que es el salar», dijo.

Resaltó además la importancia de la práctica ayer de un Taki Unquy, una ceremonia realizada el pasado año en la Isla del Sol, en el lago Titicaca, que constituye también un movimiento cultural y de resistencia realizado desde los tiempos de la Colonia por los indígenas del Tawantinsuyu, el territorio del imperio incaico.

Mamani refirió que el tiempo que se inicia con el 21 de junio, para la religiosidad andina, es un día de reflexión y meditación, para caminar los senderos de la sabiduría y hacer cambios para el mejoramiento humano, promover la cooperación mutua, el respeto a la diferencia y la armonía con la naturaleza.

El especialista calculó que más de dos millones de personas participaron en los festejos públicos por el Año Nuevo Aimara en los 200 sitios rituales o wakas donde se esperó la llegada del sol en todo el país.

«Cada comunidad conoce los lugares ancestrales donde se espera el solsticio. Pero esto es solo la muestra pública, en casi todas las casas de Bolivia se celebró también una ceremonia íntima de respeto y agradecimiento al Padre Sol y a la Madre Tierra», dijo.

Desde la noche del jueves pasado, millones de personas se concentraron en sitios ancestrales de Bolivia para recibir, al amanecer de ayer, los rayos renovadores del Nuevo Sol, con la esperanza de obtener con él cambios y energías para sus vidas, su país y el mundo.

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