Bolivia exige en OEA explicación sobre agravio a Evo Morales

Washington, 9 jul (PL) El ministro de Gobierno de Bolivia, Carlos Romero, exigió hoy ante la Organización de Estados Americanos (OEA) una explicación y disculpas de los países europeos que la semana pasada negaron el aterrizaje a la aeronave del presidente Evo Morales.
Romero pidió a las máximas autoridades de Francia, España, Italia y Portugal argumentar de manera coherente y fundamentada por qué cancelaron los permisos de vuelo al avión del mandatario suramericano.
Esas naciones del llamado Viejo Continente no permitieron el tránsito de la nave presidencial bajo la sospecha de que transportaba a Edward Snowden, exagente de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y perseguido por revelar datos de un programa secreto de espionaje federal.
El funcionario boliviano calificó el incidente de grave atentado y de un hecho sin precedentes que no ocurre desde 1945, en el contexto de la segunda guerra mundial.
Asimismo, llamó la atención sobre la solicitud de extradición de Snowden presentada por Washington justo cuatro horas después del agravio a Morales.
«No nos parece extraña y subjetiva esa solicitud de Estados Unidos (…) Es una suerte de confesión de parte de otro Gobierno que nos permitió calificarlo de atentado», aseveró Romero.
El ministro boliviano urgió al Consejo Permanente de la OEA a pronunciarse contra ese suceso para evitar que se repita.    Recordó que ya manifestaron su rechazo organizaciones internacionales como la Unión de Naciones Suramericana, el Mercado Común del Sur, el Grupo de los 77, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, así como el Movimiento de Países no Alineados.
Sindicatos, movimientos sociales, partidos políticos, parlamentos y personalidades de Venezuela, Honduras, Francia, Argentina, Cuba, Bolivia, España, Ecuador y Chile, entre otros, también condenaron el incidente, considerado arbitrario y violatorio de acuerdos mundiales.
Evo Morales tuvo que permanecer más de 13 horas en la capital de Austria a la espera de un nuevo plan de viaje, tras la negativa del permiso de tráfico aéreo.
El embajador español en Viena, Alberto Carnero, incluso quiso subir al avión presidencial a comprobar personalmente si estaba Snowden.

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