Diálogo entre campesinos y Gobierno colombiano sigue estancado

Bogotá, 23 jul (PL) Los campesinos colombianos en resistencia en el Catatumbo desde hace 43 días aguardan una señal del Gobierno para reiniciar las negociaciones que pongan fin a la grave crisis humanitaria en esa norteña región.

Sin un claro norte para volver a la mesa de diálogo, interrumpida el 15 de julio último después de tres intentos frustrados, el líder agrario César Jerez declaró a medios locales que están a la expectativa de una respuesta oficial sobre las dos propuestas que el campesinado planteó el viernes pasado.

A través de la Iglesia católica, el senador y actual presidente del Congreso Juan Fernando Cristo, y la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes, formulamos dos propuestas al Gobierno para revivir las conversaciones, que continúan en punto muerto, subrayó Jerez al diario La opinión.

Pedimos el envío al municipio de Tibú de una comisión gubernamental con capacidad de decisión para dialogar y una reunión con el presidente Juan Manuel Santos. Hasta el momento no hemos recibido respuesta, subrayó.

En medio de las fuertes presiones de la fuerza pública por desalojar a los agricultores que se encuentran en la vía Tibú-Cúcuta, los manifestantes siguen dispuestos a mantenerse firmes hasta lograr un acuerdo final, entre ellos la declaración de una Zona de Reserva Campesina.

El Gobierno continúa condicionado el diálogo al desbloqueo de las vías y mantiene inmóvil la posibilidad de definir la Zona de Reserva, que los agricultores exigen para evitar el avance del latifundio de las transnacionales en esa región.

Jerez reiteró la preocupación de los campesinos por un desenlace violento en el área por la manera cómo ha ido incrementando la presencia militar. Según cálculos de los manifestantes, en la zona hay más de siete mil efectivos entre policías, miembros del ejército y del Escuadrón Móvil Antidisturbios.

Las protestas en el Catatumbo, que comenzaron de manera pacífica el pasado 11 de junio con cinco mil campesinos en las calles, a los que se sumaron otras 10 mil personas, fueron en aumento y la represión ha dejado un saldo de cuatro civiles muertos y más de 50 heridos.

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