México 28 jul (PL) Más de 30 muertos y otros tantos heridos entre civiles y uniformados fue el saldo de una semana violenta en el estado mexicano de Michoacán y que dominó como tema los medios de comunicación en este país.
Las acciones son atribuidas al cártel Los Caballeros Templarios, perseguidos ahora por fuerzas del gobierno y del estado a partir incluso de una promesa del presidente Enrique Peña Nieto de devolver la paz a esa región.
En la zona de Valle de Apatzingán y Tierra Caliente, en ese estado del oeste mexicano, la supervivencia de ese grupo criminal está en juego, según información del diario Universal en su espacio digital, el cual refiere la ofensiva del ejército en el territorio y el supuesto cerco a esa banda de narcotraficantes.
De acuerdo con la fuente la estrategia de la Policía Federal está dando resultados con controles en el municipio de Aguililla, en el corazón de la Sierra Madre Occidental del Sur, con prácticamente una sola carretera de acceso y de salida, ya bajo control federal.
Este jueves el Presidente aseguró que el gobierno federal trabaja para regresar la paz al estado de Michoacán y que para ello dio instrucciones para reforzar la seguridad y el apoyo a las autoridades de ese estado.
La jornada de violencia comenzó el pasado lunes cuando un grupo de desconocido atacó a una manifestación en las afueras del Palacio de Gobierno en Los Reyes, municipio michoacano, con un saldo de seis muertos y al menos 17 heridos, entre ellos mujeres, niños y tres policías federales.
Al día siguiente la Secretaria de Gobernación (Segob) informó que 22 personas perdieron la vida y 15 fueron heridas en varios enfrentamientos entre hombres armados y elementos de la policía en seis poblados de Michoacán.
Se contabilizan dos uniformados de la División de Fuerzas Federales muertos y 15 heridos, además de 20 presuntos delincuentes abatidos, señaló un documento oficial.
Sobre ese hecho, y antes de ocurrir los otros enfrentamientos en la región, el titular de esa entidad, Miguel Ángel Osorio, aseveró que el ataque armado a la comunidad de Los Reyes fue una reacción a la ofensiva de las fuerzas federales y estatales contra el crimen organizado.
Algunas fuentes, incluso periodísticas, le atribuyen a Los Caballeros Templarios características diferentes al resto de los cárteles mexicanos.
Además de las acciones violentas contra grupos rivales y pobladores para garantizar el dominio en el tráfico de drogas, ellos predican una fe religiosa propia y preconizan una causa política para ganarse a los pobladores, sumidos en la ignorancia, la miseria, el desempleo y la marginalidad.