Petróleos Mexicanos en la mira de reformas

Por Silvia Martínez

México (PL) Llega agosto y con él el debate sobre el destino de Petróleos Mexicanos (Pemex), tras el Partido Acción Nacional (PAN) presentar su iniciativa de reforma a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

La propuesta panista implica reformas constitucionales de corte neoliberal y se contrapone a otra de ocho puntos elaborada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y definida como reforma estructural, sin tocar la Constitución.

Ambas generan polémica y esos dos partidos instan al gubernamental Revolucionario Institucional (PRI) a presentar su iniciativa, lo que se propone hacer en este agosto.

También el gobierno mexicano insiste en que su propuesta no significará privatizar los recursos energéticos, ni mucho menos modificará el principio que establece la Constitución desde 1917 de que la nación tiene el dominio directo sobre los hidrocarburos.

Aunque sí prevé abrir la paraestatal a la inversión extranjera y darle el rol de locomotora de la economía nacional.

En lo único en lo que hasta ahora coinciden todas las partes, al menos en el debate abierto, es en la necesidad de que Pemex sea económicamente viable, y revertir las pérdidas, que por ejemplo fueron de 53 mil millones de dólares en el primer semestre de este año.

Otros argumentos sostienen que la paraestatal carece de los recursos humanos y tecnológicos necesarios para incrementar su producción, expuesta desde hace ocho años a una sensible reducción por insuficiente inversión y carencias técnicas.

Tanto es así que con su tecnología y presupuesto actual, Pemex tardaría 100 años en extraer crudo de aguas profundas del golfo de México, según Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.

Siendo uno de los países con más reservas petroleras del mundo, México depende de la importación de gasolinas, y eso solo lo vamos a corregir con una reforma energética, señaló por su parte el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

Para el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, desde 1999 a la fecha las reservas petroleras totales del país disminuyeron un 27 por ciento, y hoy día la nación importa más productos petrolíferos de los que produce.

De no revertirse esa situación, vaticinó, en unos cuantos años más México se convertirá en un importador neto de energía primaria.

Cada vez México produce menos petróleos y menos gas, mientras las tarifas de electricidad crecen continuamente porque la energía producida en esta nación es cada vez más cara, argumentó Coldwell.

Más delante precisó que el futuro petrolero mexicano está en aguas profundas, donde la tecnología mexicana aún o ha llegado, lo cual explica la necesidad de la reforma energética.

 

PROPUESTA DEL PAN

La propuesta panista incluye una reforma a los artículos 27 y 28 de la Constitución para permitir la inversión nacional y extranjera en toda la cadena productiva de los hidrocarburos.

Esa participación del capital privado incluiría exploración, explotación, distribución, transporte, almacenamiento y refinación, y como parte de un todo también la producción de energía eléctrica, incluyendo la comercialización.

Según el documento distribuido a los legisladores, el PAN propugna impulsar una economía de libre mercado en condiciones óptimas de competencia y eliminar los monopolios del Estado.

Para el PAN, tanto Pemex como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) deben competir con el resto de los operadores de igual a igual.

Se trata, sostienen, de dejar al Estado como gran regulador de la política energética del país, atraer mayores inversiones, crear empleos y convertir a México en un líder mundial en el fomento de las energías limpias.

El peligro de esa propuesta radica en las concesiones de los yacimientos petroleros, según el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del PRD y autor de la propuesta energética presentada por esa organización de izquierda.

Para el experto, en el análisis debe diferenciarse a Pemex del resto de la industria petrolera; esta última más amplia pues existe participación de privados con inversiones que transcurren sin dificultad en Monterrey y Puebla.

El problema de la iniciativa del PAN, dijo a un programa televisivo Cuauhtémoc, está en hacer concesiones en la explotación de los yacimientos, porque en tal sentido el Estado sí perdería el control de la parte básica de los recursos.

Por otro lado, señaló, si se permite que un privado explote los yacimientos, extraería en el menor tiempo la mayor cantidad posible de recursos y con ello se estaría perdiendo el control de cómo manejar con racionalidad las reservas.

La iniciativa del PRD, hecha pública el 25 de junio, prevé 12 reformas y una nueva ley para Pemex, ninguna de ellas representativas de cambios constitucionales.

La misma gira sobre ocho ejes que incluyen librar a la paraestatal de cargas fiscales que frenan su desarrollo y darle a la empresa autonomía de gestión y presupuestal, explicó a la prensa su líder nacional, Jesús Zambrano.

También incluyen fortalecer la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos y combatir la corrupción en la industria energética y en especial en la petrolera, lo cual involucra a algunos dirigentes que entorpecen su desarrollo.

A través de un comunicado, Zambrano definió la propuesta legislativa perredista como integral, viable, responsable, sustentable y posible en el marco de modernizar y fortalecer al sector energético nacional.

Más recientemente la dirigencia del PRD anunció que realizará una consulta ciudadana en dos etapas para que sea la población quien decida si desea modernizar la petrolera con privatización o con autonomía fiscal y financiera.

Pero Zambrano también ha dicho que de prosperar la intención de privatizar el petróleo, la izquierda liderada por su partido y las fuerzas progresistas hará frente común para impedirlo.

Con agosto comienza el debate y para septiembre, cuando se reinicien el período legislativo, se prevé exista una decisión en el Congreso sobre el tema, considerado el más peliagudo, y quizás en el que los mexicanos tienen más puestos ojos y oídos.

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