Energía nuclear: atractiva pese a críticas

La Habana (PL) Pese a dos sonados accidentes en los últimos 25 años, el de Chernobyl, en 1986, y el de Fukushina, en marzo de 2011, la energía nuclear es considerada aún fuente inagotable, esencial para el desarrollo.

Ejemplo elocuente de esto último lo constituye el anuncio formulado hace unos días por Argentina, en cuanto a que pondrá en funcionamiento a fines de este año la termonuclear Atucha II, la tercera planta de su tipo en el país, y a partir de ahí el gobierno acelerará las negociaciones con vista a construir otras dos. El objetivo de las autoridades de esa nación es elevar el porcentaje atómico en la generación energética hasta el 18 por ciento para contar con una fuente de base estable, que no genere emisiones de dióxido de carbono y ayude al mismo tiempo a disminuir las importaciones de combustibles, dijeron fuentes periodísticas.

Las perspectivas de la energía nuclear fueron debatidas en una reciente cumbre efectuada en San Petersburgo, en la que Alemania y Austria criticaron esa fuente, pero Estados Unidos, Canadá, Francia, China, Rusia, India, Corea, Brasil y Argentina ratificaron sus planes expansivos.

En esa reunión, el subsecretario de Energía estadounidense, Daniel Poneman, realizó una encendida defensa de esa fuente, que a su juicio, ha atraído increíbles beneficios, desde mantener la comida segura hasta prevenir enfermedades, proveer medicinas de alta tecnología que puedan diagnosticar, tratar de encontrar nuevos tratamientos para el cáncer y proporcionar una forma estable de energía para generaciones futuras que no contamine con dióxido de carbono.

Agregó que esa fuente contribuyó de manera confiable y económica con casi el 20 por ciento de la generación eléctrica en su país por más de dos décadas, y hoy su participación supera el 60 por ciento en ese sentido.

Estados Unidos -aseveró- trabaja para revitalizar su industria nuclear y desarrollar una nueva generación de plantas limpias y seguras.

Aunque con frecuencia la nación habla de ampliar las inversiones en fuentes renovables, continúa su apuesta por el desarrollo de la energía nuclear.

Luego del desastre de Fukushima, China puso en revisión la construcción de nuevas centrales, pero poco tiempo después esa potencia asiática aprobó un nuevo Plan de Seguridad Nuclear y reactivó sus proyectos.

El secretario general de la Autoridad de Energía Atómica de China, Wang Yiren, dio a conocer que actualmente el país tiene 17 reactores operando y 28 en construcción.

Mientras, una de las naciones más activas en el escenario nuclear, Rusia, reafirmó su compromiso de expandir el uso pacífico de ese tipo de energía.

Rusia administra 33 reactores nucleares en su país, en el que construye nueve y 19 en el exterior, en los que destacan sus proyectos en China, India, Bielorrusia, Turquía, Armenia, Vietnam y Bangladesh.

India, tras lo ocurrido en Fukushima, dijo que pondría en revisión sus planes relacionados con esa energía, pero después de mejorar las medidas de seguridad relanzó el programa de su desarrollo.

En esa nación asiática funcionan 20 plantas nucleares, las cuales, al decir del director de la Comisión de Energía Atómica de ese país, Ratan Kumar, seguirán siendo un elemento esencial y cada vez más importante de la matriz energética india.

Salvo varios países, como Alemania y Austria, que se muestran «decididos» a abandonar su uso como fuente de electricidad, la mayoría que la utilizan o las que aspiran a su empleo, expresan pública o tácitamente que mantienen el interés.

Entretanto, Inglaterra dio a conocer un plan para el desarrollo de al menos ocho nuevas plantas de esa clase, mientras que Japón -inicialmente esquivo a continuar su empleo- anunció el reinicio de la actividad de varias centrales.

Según la Asociación de Energía Nuclear, en el mundo operan unos 440 reactores, en tanto que otros 60 están en construcción y unos 500 más son proyectos para el desarrollo de una actividad que abarcará cientos de miles de millones de dólares en inversiones en las próximas décadas.

Actualmente la energía nuclear provee más del 14 por ciento de la electricidad a nivel global.

De acuerdo con expertos electronucleares, los accidentes en esta rama, incluido el ocurrido en Japón, sirvieron para meditar y recapacitar sobre qué hacer para mejorar un desarrollo de creciente importancia en la estructura energética mundial.

Desde hace algún tiempo se llevan a cabo dos millonarios proyectos investigativos en Estados Unidos y Europa (en este último también participa un grupo de países de otras regiones), en la explotación de la energía nuclear a partir de la fusión atómica.

Especialistas coinciden que el dominio de esa tecnología será uno de los logros más prometedores de este siglo, pues multiplicaría enormemente el volumen que se obtiene en las actuales electronucleares, que parten de procesos de fisión.

Sin duda, el uso pacífico de esta energía representa uno de los logros y lo más avanzado de la humanidad a lo largo de su historia, algo que distingue al hombre en su afán de búsqueda de nuevos conocimientos mediante su espíritu investigativo y la imaginación.

Es el reto de enfrentar las adversidades, lo que permitió a la especie seguir adelante y alcanzar nuevas conquistas.

Desde la década de los 80 de la pasada centuria, se dan pasos para perfeccionar la seguridad en este frente, tanto en el tratamiento de los residuos de las plantas, como en la supresión de cualquier aspecto que pueda originar accidentes.

Estos son provocados -dicen los expertos- por la violación de principios básicos y falta de previsión, más que por insuficiencias del diseño de las instalaciones.

Hoy se trabaja en el desarrollo de reactores de tercera y cuarta generación, ultramodernos, de tecnología mucho más avanzada que neutralizan cualquier tipo de riesgo.

Surge la necesidad entonces de una convocatoria de expertos, equipos líderes de trabajo, tanto de países desarrollados como del Tercer Mundo, que aporten una visión integradora del pensamiento y las concepciones en la esfera.

Las técnicas nucleares no están solo presentes en la producción abundante de energía, sino también en la medicina, la agricultura y en otros procesos importantes.

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