Hallan restos de doctora desaparecida durante dictadura en Argentina

Buenos Aires, 4 ago (PL) Especialistas forenses identificaron los restos de la doctora Graciela Bustamante, quien fue secuestrada en 1977 en plena dictadura militar, vejada, torturada y posteriormente asesinada, informa hoy la versión digital del diario Clarín.

La joven médica recién graduada trabajaba en la sala de terapia intensiva del hospital infantil de Tucumán, norte argentino, cuando fue secuestrada al mediodía del 28 de abril de 1977 junto a Ricardo Torres, quien estaba próximo a graduarse de arquitecto.

La esposa de Torres, Adriana Mitrovich, fue secuestrada también un día antes junto a Horacio Ferreyra, otro universitario de Tucumán. Los cuatro eran amigos y militaban en la universidad en agrupaciones cercanas al peronismo.

Acorde con el acta judicial, Bustamante fue conducida al Departamento Central de Policía, donde fue vista todavía con vida en junio de ese año.

Los medios asociados con el poder dictatorial intentaron distorsionar la muerte de los cuatros jóvenes. El 6 de junio de 1977, el periódico La Opinión difundió la muerte en «un enfrentamiento» de «cuatro extremistas» en el límite de Tucumán y Santiago del Estero.

Identificó a uno como Ramón Ferreiro, alias el Negro, quien había participado en el atentado a un avión Hércules en la capital de Tucumán.

Pero la verdad fue otra, como tantas otras que intentaron esconder, escribe Ricardo Kirschbaum en la nota que divulga Clarín.

Ese comunicado fue una mentira atroz para ocultar un asesinato masivo. Mitrovich y Ferreyra estaban al borde de recibirse de arquitectos y fueron secuestrados una noche mientras estudiaban, sostiene el articulista.

Bustamante se graduó en la Facultad de Medicina de Tucumán y Torres, marido de Mitrovich, estaba a punto de recibirse de ingeniero. La pasó a buscar al Hospital de Niños antes de su desaparición.

Los restos del «hippie», como le decían, todavía no han sido encontrados pero podrían estar también en la fosa común en el pequeño cementerio de Tacanas, donde hallaron los de Bustamante, Mitrovich y Ferreyra.

El expediente judicial recuerda el drama de los familiares en una búsqueda desesperada e infructuosa.

Presentaron hábeas corpus, denuncias en el Arzobispado de Tucumán, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y en la Nunciatura Apostólica.

También se presentaron ante Antonio Bussi, entonces gobernador militar de Tucumán y luego condenado por genocidio, y realizaron gestiones ante las embajadas de España y Francia.

Solo, 36 años después se conoció que los cuatro fueron asesinados, luego de ser vejados y torturados.

Por decisión de su esposo, Julio Argañaraz, y de su hijo Pablo, quien tenía dos años cuando su madre fue secuestrada, los restos de la médica serán trasladados a Salta y allí cremados.

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