América Latina y sus desafíos petroleros

La Habana (PL) A los protagonistas tradicionales del mercado mundial del petróleo y gas se sumó en los últimos dos años América Latina con nuevas reservas explorables, que le permitirán cambiar su entorno energético en las próximas décadas.

Vista hoy con la percepción de un destino atractivo para quienes operan en el sector los hidrocarburos, la región posee reservas que representan el 20 por ciento de crudo y el tres de gas del total mundial, cifras que ganarán importancia en la misma medida que cobren mayor presencia en el suministro global.

Sin embargo, a pesar de ese potencial la región tiene el reto de reducir los altos índices de importación de derivados, por lo cual es un buen lugar para explotar tales recursos, porque a excepción de Argentina, Colombia y Venezuela, en el resto de los países que poseen petróleo la demanda de derivados supera su producción interna.

Datos de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) señalan que, por ejemplo, México y Brasil, los dos mayores productores y consumidores de derivados de petróleo en la región, tienen déficit en la producción interna de estos renglones y deben recurrir a importaciones para abastecer sus necesidades.

Se trata entonces de que Latinoamérica y el Caribe combinen los recursos energéticos que poseen con el desarrollo científico, tecnológico y la innovación.

Ello se traduce en saber cómo extraer los recursos naturales de manera eficaz, eficiente y con menor impacto ambiental, y cómo hacer para convertirlos en productos de mayor valor agregado mediante una integración productiva entre sus naciones.

El presidente de la Olade, Victorio Oxilia, afirmó recientemente que la región debe importar menos derivados del petróleo, y recordó que de los 86,3 millones de barriles diarios de crudo que sumaron la producción mundial de 2012, América Latina y el Caribe aportaron 10,3 millones, alrededor del 12 por ciento.

También la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos presentó el pasado mes de junio un nuevo panorama sobre los hidrocarburos en el mundo, en el cual describió un futuro que, gracias a las nuevas tecnologías, es alentador para la producción de petróleo y gas en Latinoamérica.

En su actualización de las reservas shale -petróleo y gas que se encuentra bajo una capa sólida de roca-, esa entidad señaló que las previsiones son muy favorables para Argentina, Venezuela y México, ya que los tres se encuentran entre los 10 primeros en cuanto a receptáculos de hidrocarburos, mientras Brasil es el décimo en esa lista.

La abanderada es Venezuela, que se convirtió en el país con más cantidad de ese combustible en el subsuelo del planeta al certificar 297 mil millones de barriles, gracias al crudo pesado de la Franja del Orinoco.

A ello se suma que el aumento de los descubrimientos confirmados desde 2009 fue de 20 por ciento en el orbe, en América Latina y el Caribe fue de 40 por ciento entre 2009 y 2011.

Tanto es así que según datos de la Olade, Argentina tenía reservas petroleras que le alcanzarían, sin nuevos descubrimientos, para 11 años, Brasil para 18, Colombia para ocho, Ecuador para 34, México para 11 y Venezuela para 201 años.

De ahí que la propia Olade confirmara que la región debe «identificar si la tendencia predominante es mantener el estatus de exportadores en materia prima o migrar hacia una categoría de productores y exportadores de renglones industrializados dentro del sector de hidrocarburos».

 

CRECIMIENTOS Y PERSPECTIVAS

Para este año se prevé que América Latina, sin Venezuela, Ecuador y México, producirá un promedio de 4,82 millones de barriles diarios (mbd) de crudo, un 2,3 por ciento más que en 2012, con lo cual será la segunda región fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con el mayor crecimiento petrolero después de América del Norte.

Así lo vaticinó la OPEP en su último informe donde cifró también la demanda de crudo de la misma región en 6,5 mbd, un 3,5 por ciento más que la del año pasado.

En esos cálculos no se incluyen a Venezuela y Ecuador, dos importantes exportadores de oro negro de la OPEP, ya que su producción está sujeta a las cuotas fijadas por la organización, mientras México se suma a los registros de Norteamérica.

De esa forma, la producción de toda América Latina rondaría este año los 10 mbd. En tanto su demanda de crudo tendrá un incremento sobre todo en Brasil, impulsado por los combustibles industriales, que contribuyen a una fuerte producción industrial en el sector de la manufactura.

En cuanto a las perspectivas más cercanas, Latinoamérica también tiene el potencial de extraer más de sus reservas y adquirir un poco de independencia energética.

Sobre esa base, en menos de una década podrá ver los frutos de nuevas exploraciones ya en marcha en reservas no convencionales, ya que la tecnología la aportan las grandes petroleras.

De concretarse todos los proyectos y esfuerzos de las empresas estatales y privadas América Latina y el Caribe, estarán produciendo 12 millones de barriles diarios de petróleo en 2015, muy diferente a 2009 cuando sumó 9,6 millones, de los cuales se exportaron 3,3 millones.

Con esas previsiones, la gran preocupación actual de los economistas y los gobiernos latinoamericanos es aprovechar la creciente abundancia de energía, que se añadiría al boom exportador en materias primas y a la ampliación de los mercados domésticos.

 

EL CONTINENTE DEFIENDE SU PETRûLEO

Una larga historia de expoliaciones de los recursos naturales, en particular los petroleros, han fogueado a los pueblos de la región para defenderse de las trasnacionales en materia energética.

Los estados de la región con recursos de hidrocarburos poseen una empresa estatal que, en algunos casos, es la compañía con mayores ganancias del país. Con ese objetivo en 2001, Caracas determinó que el Estado controlara la empresa Petróleos de Venezuela, y decidió que una parte de los beneficios del oro negro pasase a financiar programas de desarrollo social.

Brasil, con el hallazgo en los últimos cinco años de importantes yacimientos en el litoral sur del país y con el cinco por ciento de las reservas de la región, tiene en la estatal Petrobrás a la primera empresa del país y la octava del mundo con lo cual es decisoria para el desarrollo nacional.

El Estado brasileño controla la compañía con la posesión del 50 por ciento de las acciones, pero es una sociedad anónima de capital abierto.

México, a través de la estatal Petróleos Mexicanos, tiene alianzas estratégicas con firmas extranjeras que asumen riesgos a cambio de una parte de la producción. Aunque actualmente está en discusión si se privatiza o no, pero sin dejar de garantizar los recursos suficientes para un mantenimiento sustentable del sector.

En el caso de Colombia, el Gobierno controla la amplia mayoría de la empresa Ecopetrol.

El presidente boliviano, Evo Morales, nacionalizó los hidrocarburos y en la actualidad quiere aumentar la participación pública en la explotación de los recursos mineros, mientras Ollanta Umala creó en Perú nuevos tributos a las petroleras.

Petroecuador es ciento por ciento estatal y explota los hidrocarburos a través de asociación con terceros, al tiempo que la presidenta argentina Cristina Fernández expropió el 51 por ciento de las acciones de la española Repsol en YPF, mediante la ley de la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina.

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