España: Asediado por los escándalos, Rajoy prolonga su agonía

Madrid (PL) La reciente comparecencia del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, por el escándalo de presunta corrupción en su partido dejó sin resolver la grave situación política que estremece a este país europeo desde principios de año.

Durante su intervención el 1 de agosto en una sesión extraordinaria del Congreso de los Diputados, Rajoy negó la existencia de una doble contabilidad en el derechista Partido Popular (PP) y el pago de sobresueldos en negro a su cúpula.

Presionado por la oposición y la opinión pública, el gobernante compareció entonces para hablar sobre las corruptelas que sacó a la luz su extesorero Luis Bárcenas, en prisión provisional desde el pasado 27 de junio por supuesto fraude fiscal.

Tras varios meses de silencio sobre un caso que erosionó sobremanera su credibilidad, el jefe del Ejecutivo decidió finalmente dar la cara para, según aclaró, exponer su versión respecto a las denuncias del hombre que durante 20 años gestionó las finanzas del PP.

El pasado 15 de julio, Bárcenas confesó ante un juez haber llevado durante años una contabilidad oculta dentro de la agrupación conservadora, con donaciones anónimas de empresarios que utilizó para pagar retribuciones no declaradas a numerosos dirigentes, entre ellos al propio Rajoy.

Aunque admitió haberse equivocado al confiar en su otrora pagador, quien llegó a acumular una dudosa fortuna de más de 47 millones de euros en bancos suizos, el mandatario descartó dimitir y convocar nuevas elecciones, como requirió casi toda la oposición en bloque.

Cometí el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un presunto culpable, aseveró el presidente del Gobierno, quien, según el testimonio de Bárcenas, recibió decenas de miles de euros en efectivo junto a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.

Bajo creciente presión desde hace seis meses, cuando trascendió este escándalo a través de la prensa, remarcó que el llamado caso Bárcenas no le hará dejar un cargo al cual llegó a finales de 2011 con un apoyo del 44,6 por ciento del electorado, intención de voto que descendió hasta el 23 por ciento, según diversas encuestas.

En el debate parlamentario, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), principal de la oposición, reclamó, junto a casi todas las fuerzas con representación en el legislativo, la inmediata renuncia del líder de la derecha gobernante, que dispone de una robusta mayoría absoluta.

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, solicitó a Rajoy que se marchara en un acto de generosidad con el país.

Rubalcaba, que criticó la falta de explicaciones ofrecidas por el líder conservador, lo acusó de haber ganado elecciones en un partido aupado en un sistema de financiación ilegal durante más de dos décadas.

A su juicio, cualquier dignatario en una democracia seria hubiera presentado su renuncia por una situación como esta, en la cual, remarcó, era imposible que Rajoy desconociera las ilegalidades cometidas dentro de su organización.

Para el máximo dirigente de la socialdemocracia española, el extesorero sólo pasó a ser un delincuente para el PP cuando rompió un auténtico código de silencio forjado en más de 20 años.

En la misma línea del PSOE, el coordinador federal de la coalición Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, emplazó al mandatario a asumir su responsabilidad, dimitir y convocar elecciones anticipadas.

No valen ni el arrepentimiento ni las disculpas, advirtió Lara a Rajoy, tras emplazarlo a dar un paso al costado por el interés general y para que la gente pueda volver a creer en la clase política.

Las cosas seguirán caminando y no podrán ocultar la financiación ilegal del PP, los sobresueldos y las concesiones hechas a empresas a cambio de donativos, auguró el líder de IU, tras opinar que con su actitud el jefe del Gobierno alarga la agonía.

Hay una trama de corrupción y es lo que (Rajoy) no se atrevió a develar, sentenció el máximo dirigente de la tercera fuerza política en España.

Gracias a su gran habilidad como parlamentario, Rajoy esquivó en la Cámara baja el peor momento de su presidencia, pero la crisis política sigue abierta tras la publicación de las cuentas en B de su partido por quien fue su tesorero, indicó el diario El País.

«Se trata del reconocimiento de una equivocación cuya gravedad ha pesado de forma extraordinaria en la sociedad española durante los últimos seis meses. Pero el presidente no extrajo a continuación consecuencia política alguna», dijo el periódico madrileño en un editorial.

El diario El Mundo, el cual publicó la presunta contabilidad original de Bárcenas, estimó que Rajoy no había logrado convencer con sus explicaciones.

Según este matutino, no convenció porque, aunque reconoció que se había equivocado al depositar su confianza en Bárcenas, negó que el PP se hubiera financiado ilegalmente y la existencia de sobresueldos opacos a Hacienda sin ningún otro argumento que su honor herido.

«No aportó ninguna explicación verosímil sobre la contabilidad de Bárcenas y se empeñó en cubrir las vergüenzas del partido con su palabra», agregó El Mundo.

Negaciones, muchas; explicaciones, pocas, fue la frase escogida por la Confederación Sindical de Comisiones Obreras para resumir la comparecencia del presidente del Gobierno.

Para esta central sindical, una de las dos principales de España por número de afiliados, Rajoy acudió al Congreso de forma tardía y forzado por el descontento social.

Por su parte, la Unión General de Trabajadores -la otra organización mayoritaria-, consideró que el hecho de que el jefe del Ejecutivo admitiera su error no le exime de responsabilidades.

La desconfianza creciente ante la clase política y los casos de corrupción que sacuden la vida pública española han llevado al PP a caer vertiginosamente en los sondeos de intención de voto.

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