Chile: centro izquierda y derecha en lucha por el poder

Santiago de Chile, 11 ago (PL) Luego de quedar acéfala en la contienda por mantener el control del Palacio de La Moneda, la derecha chilena tiene un candidato único para hacer frente a la expresidenta Michelle Bachelet, la favorita para ganar las elecciones de noviembre.

La exministra de Trabajo Evelyn Matthei, postulada por la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI), recibió en la noche del sábado el respaldo oficial de la otra agrupación de Gobierno, Renovación Nacional (RN).

Desde el 17 de julio último, esas agrupaciones se vieron abocadas a una carrera contra reloj, luego de la sorpresiva renuncia del candidato de la alianza gubernamental, Pablo Longueira, aquejado por un severo cuadro de depresión, según alegó a solo cuatro meses de los comicios.

La inesperada bandera blanca izada por Longueira, quien ganó las primarias de la alianza por la UDI, dejó un terreno movedizo para su agrupación y RN, atrapados en jornadas de negociaciones y empeñados cada uno en potenciar a sus candidatos.

En los primeros momentos anunciaron que quedaban en libertad de definir sus abanderados, sin precisar la convocatoria a nuevas elecciones primarias, o si por separados llevarían aspirantes a la competición presidencial del 17 de noviembre.

La UDI, en reemplazo del exministro de Economía Longueira, un discípulo del dictador Augusto Pinochet (1973-1990), designó a la entonces ministra de Trabajo, Evelyn Mattei, mientras que RN de manera extraoficial insistió en postular nuevamente al extitular de Defensa Andrés Allamand, quien finalmente declinó.

Los presidentes de ambos partidos informaron que quedaba por definir el mecanismo para elegir al candidato y prometieron que avanzaban hacia un acuerdo, tomando en cuenta aspectos cuantitativos y cualitativos, en particular un examen del padrón electoral.

Lo cierto es que la UDI tuvo que atravesar un camino espinoso en esta contienda, ya que antes de que Longueira se retirara, sufrió el abandono de su anterior abanderado, el extitular de Obras Públicas Laurence Golborne, en medio de escándalos por no declarar bienes en el exterior y por su gerencia frente a una empresa cuestionada por abusar de los consumidores.

Del otro lado, luego de su aplastante victoria en las primarias del bloque opositor Nueva Mayoría, con un 73 por ciento de los sufragios, la expresidenta Michelle Bachelet parece consolidar su camino hacia un segundo capítulo en La Moneda.

Su disposición expresada a luchar contra la desigualdad, a reformar la educación, la salud, la previsión y el sistema tributario, todo indica que dio de lleno en el blanco de las demandas de un sector mayoritario de la población.

Bachelet, quien gobernó de 2006 a 2010, en las primarias del 30 de junio se impuso cómodamente ante Claudio Orrego, de la Democracia Cristiana (DC); José Antonio Gómez, del Partido Radical Social Demócrata; y Andrés Velasco, independiente.

Para esas elecciones la exmandataria, además del respaldo de sus correligionarios del Partido Socialista, recibió el apoyo de los partidos por la Democracia, Comunista, Izquierda Ciudadana y del Movimiento Amplio Social.

Este sábado la DC, derrotada en las primarias, oficializó su apoyo a Bachelet en su junta nacional celebrada en la sede del Congreso, en la ciudad de Valparaíso.

Los comicios primarios evidenciaron que tres de cada cuatro chilenos que votaron lo hizo a favor del bloque Nueva Mayoría. De acuerdo con los números el pacto recibió poco más de dos millones de sufragios y dentro de esa agrupación Bachelet, por sí sola, ganó más de un millón 500 mil votos.

En el otro bando, Longueira y Allamand en su conjunto solo alcanzaron 806 mil boletas.

Aunque en las elecciones del 17 de noviembre competirán otros candidatos, los analistas estiman que el duelo principal será entre Bachelet y Matthei, dos hijas de exgenerales de la Fuerza Aérea de Chile.

Los padres de ambas tomaron rumbos diferentes luego del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra el presidente Salvador Allende, encabezado por Pinochet.

Mientras el general Bachelet se opuso al cuartelazo, fue torturado y resultó muerto en prisión, Matthei se sumo a la junta militar, con altos cargos en el régimen de facto.

La expresidenta Bachelet, de 63 años y médico pediatra de profesión, entre sus propuestas programáticas defiende la educación pública y gratuita, y una reforma tributaria que permitiría recaudar unos ocho mil 200 millones de dólares, dinero que sería destinado a reformar la enseñanza, con énfasis en la calidad y la gratuidad.

La reforma tributaria anunciada por la exdirectora de ONU-Mujer incluye aumentar gradualmente de 20 por ciento a 25 por ciento los impuestos a las empresas, mientras que el techo de los gravámenes a las personas bajaría de 40 por ciento a 35 por ciento.

También es partidaria de una Asamblea Constituyente, que permita una ruta para poner fin a la actual carta magna, heredada de la dictadura.

Matthei, de 59 años, licenciada en economía y apodada «la Dama de Hierro» en sectores políticos, precisó este sábado que de ganar la presidencia basaría su mandato en cuatro pilares: educación, salud, lucha contra la delincuencia y desarrollo de las regiones.

Con antelación había dicho que de llegar al gobierno asumía el compromiso de elevar a 250 mil pesos (unos 500 dólares) el salario mínimo, en la medida que no haya una catástrofe internacional económica, que implique un aumento en los niveles de cesantía.

También se ha pronunciado por ubicar las viviendas sociales más cerca de los centros urbanos, para que sea más fácil la transportación a los lugares de trabajo.

Una encuesta realizada por la consultora Imaginacción, Radio Cooperativa y la Universidad Central reveló en los primeros días de agosto que 76,9 por ciento de las personas consultadas considera que Matthei será derrotada por Bachelet. Solo 20,5 por ciento estimó que la candidata de la derecha triunfará.

Un sondeo anterior, aplicado por la Universidad del Desarrollo, arrojó que Bachelet recibiría 39 por ciento de los votos, frente al 25 por ciento de Longueira, el entonces candidato de la derecha.

La encuesta situó en tercer lugar al candidato del Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami, con siete por ciento, seguido del independiente Franco Parisi (seis por ciento), y de Marcel Claude, por el Partido Humanista (dos por ciento), otros de los aspirantes.

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