Premio Nobel de economía pide a México proteger su petróleo

México, 27 ago (PL) El premio Nobel de Economía (2001), Joseph Stiglitz, aconsejó a México proteger su petróleo y poner especial cuidado en los detalles de las leyes secundarias sobre reforma energética, destaca hoy aquí La Jornada.

Para Stiglitz, conocido por su visión crítica de la globalización y de los economistas de libre mercado, en las leyes complementarias de esa reforma es donde se esconde el diablo, según dijo, la intencionalidad de cuanto se quiera legislar.

El galardonado con el Nobel de Economía por sus análisis de mercados e información asimétrica, ofreció una conferencia magistral la víspera, en esta capital, a instancias de Vector Casa de Bolsa y que reseña este martes La Jornada.

Stiglitz favorece el criterio de que México necesita tecnología para explotar sus recursos y comparó que si la brasileña Petrobras tenía esas ventajas no existían razones para que este país no las tuviera igual.

Añadió que una reforma energética bien implementada puede ser la espuela para salir adelante, al tiempo que ofreció varias recomendaciones y puntos de vistas de cómo enfocarla para preservar los derechos sobre las reservas energéticas.

El economista y profesor estadounidense exhortó también a los mexicanos a que la reforma fiscal en curso haga especial énfasis en gravar impuestos a la contaminación, los monopolios y oligopolios, donde existe una fuente importante de recursos.

A su entender las reformas deben estar dirigidas a eliminar todas los privilegio que promuevan la concentración excesiva de capitales siempre en detrimento del país y de la población, y en el camino de reducir la enorme desigualdad.

Stiglitz advirtió cómo las grandes petroleras rehúsan de asumir compromisos, y en tal caso enumeró seis preceptos necesarios en la reforma; el primero la transparencia con contratos públicos en las etapas de relación y en segundo, buscar competencia a través de subastas competitivas y bien diseñadas.

Además, señaló como importante la realización de buenos contratos, donde existan incentivos, pero también obligaciones en términos incluso del cuidado el medio ambiente.

Insistió en la conveniencia de dejar establecido de que los beneficios del petróleo y el gas serán compartidos, además de la estabilización de precios y la asunción de las políticas para contrarrestar la apreciación de la moneda.

Stiglitz está entre los economistas contrarios a la hegemonía del Producto Interno Bruto (PIB) entre los indicadores económicos, pues ello solo compensa a gobiernos con aumentos en la producción material y no mide adecuadamente los cambios que afectan al bienestar, ni permite comparar correctamente el buen vivir de diferentes países.

Tampoco, según sostiene, el PIB registra la degradación del medio ambiente, ni la desaparición de los recursos naturales a la hora de cuantificar el crecimiento.

En Estados Unidos, según sus cálculos, el PIB ha aumentado más, pero en realidad gran número de personas no tienen la impresión de vivir mejor porque sufren una caída de sus ingresos.

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