La Habana, 28 ago (PL) Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno de esa nación suramericana culminan hoy otro ciclo del diálogo de paz, con sede en Cuba desde noviembre último.
Aunque las partes prosiguieron las pláticas sobre el segundo tema de la agenda, referido a la participación política, el período que concluye estuvo marcado por una pausa de tres días anunciada por la delegación guerrillera.
En esas jornadas, la insurgencia analizó la iniciativa del Ejecutivo de convocar a un referendo sobre un eventual acuerdo de paz.
Al reiniciar las conversaciones, las FARC-EP expresaron el lunes último su decisión de mantenerse en la mesa de diálogo, a pesar de no acompañar esa propuesta presentada ante el Congreso.
Por su parte, el jefe del equipo del Gobierno en las pláticas, Humberto de la Calle, afirmó el viernes pasado que el proyecto de ley presentado no convoca a un eventual referendo, ni determina su contenido.
Es «responsabilidad del Gobierno prever y crear las condiciones óptimas para que los acuerdos a los que se llegue sobre refrendación y garantías para la implementación, se puedan poner en marcha oportunamente», aseveró.
Las FARC-EP han insistido en la necesidad de «convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para que sea el soberano el que decida sobre los temas cruciales de la realidad política, económica y social de todos los colombianos».
A juicio de la insurgencia, la Constituyente sería el camino para alcanzar un verdadero tratado de paz, justo y vinculante, que funde la reconciliación, «rija el destino de la nación y la encauce hacia las cumbres de la democracia real».
En el presente capítulo del diálogo, el equipo guerrillero divulgó también más propuestas en materia de participación política, entre ellas, iniciativas para la participación social y popular en la política pública y la planeación en ese país suramericano.
El Gobierno y las FARC-EP iniciaron el lunes pasado el ciclo 13 de las conversaciones que tienen a Cuba y Noruega como garantes, y a Venezuela y Chile como acompañantes.
La agenda pactada incluye, además del tema agrario (ya discutido) y la participación política, otros aspectos, como la atención a las víctimas, el problema del narcotráfico y el fin del conflicto armado.