Washington, 31 ago (PL) Agencias federales de seguridad en Estados Unidos interrogan, persiguen y acosan a ciudadanos sirios que viven en el norteño país, como parte de una operación policial nacional para -alegan- evitar retaliaciones.
Desde inicios de esta semana Washington intenta responsabilizar al gobierno de Damasco por un presunto ataque químico contra civiles, mientras el Pentágono estacionó una flotilla de guerra en el Mediterráneo este y emitió sucesivas amenazas de ataque militar.
El presidente Bashar al-Assad argumenta que las acusaciones son un montaje y un insulto contra el sentido común porque, en primer lugar, en el conflicto sirio sería imposible usar gases neuroparalizantes cuando las fronteras entre los antagonistas armados son imprecisas.
Un boletín difundido este sábado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Departamento de Seguridad Interior (DSI) recomienda a las fuerzas del orden público estar alertas frente a expectativas de represalias por sirios residentes.
Agentes del FBI ya tienen una lista de personas de origen árabe que interrogarán en los próximos días con la alegada meta de descubrir alguna red de espionaje o planificación conspirativa en contra de los intereses de Washington. Igualmente, portavoces del DSI culparon a un denominado Syrian Electronic Army (Ejército Electrónico Sirio) por un reciente hackeo en Internet que perjudicó servidores del sitio digital del diario The New York Times.
El secretario de Estado, John Kerry, sugirió que Estados Unidos podría prescindir de las evidencias que buscan peritos de la ONU. Esas pruebas son importantes, pero no necesarias para justificar nuestra respuesta, alegó el funcionario.
El gobierno sirio y Rusia aseguran que las bandas armadas opuestas a al-Assad son las responsables por el uso de gases letales en contra de civiles en un suburbio de Damasco el 21 de agosto.
Obama ordenó al director nacional de Inteligencia, James Clapper, entregar a reporteros un informe que según Washington justificará la planificada intervención militar del Pentágono en el territorio levantino.