México, 31 ago (PL) La gala de estreno mundial de Infinita Frida, una evocación coreográfica del dolor y el amor de la destacada pintora, será hoy en el Centro Cultural Mexiquense, en Texcoco, Estado de México.
La primera bailarina del Ballet de la ûpera de Barlín, Elisa Carrillo, tiene a su cargo el protagónico de la obra concebida por el coreógrafo Yuri Smekalov.
Tanto para Carrillo como para Smekalov, el enigmático personaje fue una inspiración de años que ahora se hace realidad con la presentación de la obra, según declararon a la prensa.
Ella me inspiró toda mi vida, todos vamos a entregar lo que llevamos guardado en el corazón, amor y pasión en este estreno, dijo Carrillo, quien calificó a la pintora como un valor universal, y un orgullo para ella ser parte de ese proyecto.
No se trata de un ballet sobre la historia de la vida de Frida, sino su parte interna, las emociones, el sufrimiento, el amor, precisó la bailarina.
Carrillo aclaró que la presentación no será un espectáculo folclórico o lleno de tradiciones, sino de algo totalmente moderno, que incluye la música, que en la primera parte será clásica, mientras que para la segunda se enfocará más en motivos latinoamericanos.
Por su parte, el coreógrafo Smekalov contó a la prensa que durante una recuperación de una operación de ligamentos en las rodillas vivió en casa de Elisa, donde se contagió de la pasión que ella por Frida y creó la obra para que fuera ella quien la interpretara.
En Infinita Frida, participan ocho bailarines, igual número de músicos,y está dividida en dos actos; el primero donde se presenta una niña (alumna de la Fundación Elisa Carrillo) bajo la influencia de la pintora; y un segundo donde Carrilo asume el rol de la pequeña ya mujer.
La música será interpretada por la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de México.
Mañana domingo habrá una segunda función en el propio Centro Cultural Mexiquense.
La vida de la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954) estuvo marcada por una enfermedad infantil y por un grave accidente en su juventud que la mantuvo postrada durante largos periodos.
Pintó unas 200 obras, la mayoría autorretratos, reflejos de sus dificultades de sobrevivencias y también marcadas por la influencia de su esposo, el destacado muralista Diego Rivera.