Bogotá, 7 sep (PL) El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien enfrenta desde hace 20 días el paro nacional más complejo en sus tres años de Gobierno, apostó hoy por construir en el país «una verdadera política agropecuaria».
En un acto público desde Sabanalarga, en el Atlántico, calificó como una muy buena noticia los acuerdos pactados la víspera con los productores agrícolas en cuatro de los más de 15 departamentos en huelga.
Ahora «vamos a construir una verdadera política agropecuaria», subrayó el dignatario que en días recientes anunció la propuesta de un gran pacto nacional para el sector agrícola y el desarrollo rural previsto para el 12 de septiembre próximo.
Las autoridades lograron ayer un entendimiento con campesinos de Boyacá, Cundinamarca, Nariño y Huila pero aún permanecen las protestas de varios sectores en por lo menos 14 departamentos que exigen una gran mesa nacional de concertación en la que estén todos representados.
«Si mañana tenemos éxito en Putumayo y Caquetá, dijo, habremos terminado esta tormenta que nos ha afectado muchísimo», dijo el gobernante en referencia a una cumbre extraordinaria en Popayán con los líderes en paro en esas regiones para el que designó al vicepresidente Angelino Garzón.
Las crisis las vamos a convertir en una oportunidad. La protesta es legítima, válida, hay unas circunstancias difíciles que tiene que ver con problemas que se han venido acumulando a través de décadas y que ha hecho, como el cáncer, metástasis, expresó Santos.
Pese a los acuerdos, los agricultores anunciaron que no asistirán al gran pacto nacional por considerar que allí van a estar los representantes de la Sociedad de Agricultores y las federaciones agropecuarias, que, afirman, representan a los terratenientes del país.
Desde el 19 de agosto el país vive una de las protestas más multitudinarias de los últimos 30 años con decenas de sectores en las calles, entre ellos maestros, trabajadores de la salud, obreros, mineros y pueblo en general.
Los manifestantes rechazan el modelo económico del Gobierno que, dicen, «ha posicionado políticas antiobreras y antipopulares, que coartan y limitan derechos, privatizan instituciones y entregan nuestros recursos naturales a las transnacionales».