Crece polémica en Francia por políticas contra gitanos

París, 26 sep (PL) La polémica acerca de la comunidad gitana en Francia creció hoy tras el apoyo del presidente François Hollande a su ministro del Interior, Manuel Valls, quien preconiza la destrucción de campamentos y la expulsión de sus habitantes.

En declaraciones publicadas por Radio Europa 1, Hollande respaldó las palabras de Valls sobre la imposibilidad de reinsertar a los roms, como también se les conoce aquí a los miembros de esa etnia.

El mandatario se sumó así a la polémica desatada por su ministro, que rebasó el ámbito local y provocó airadas reacciones en algunos organismos europeos.

El martes, Valls asoció al pueblo gitano con la delincuencia y dijo que la única solución es desmantelar sistemáticamente sus campamentos y expulsarlos hacia Rumania y Bulgaria, ya que, según él, la mayoría no desea integrarse porque su modo de vida es diferente al de los franceses.

El Comisario de los Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, manifestó su inquietud por el incremento de la retórica anti gitana en Francia, de manera particular por la proximidad de los comicios municipales de marzo y para la Eurocámara en mayo.

De acuerdo con diversas fuentes, la población rom en situación irregular en el país galo oscila entre 15 mil y 25 mil personas.

En 2010 el entonces presidente Nicolás Sarkozy (2007-2012) ejecutó un programa de expulsiones masivas que provocó el repudio de sus socios europeos.

Organizaciones humanitarias denunciaron que la situación no mejoró con el arribo del nuevo gobierno, a pesar de una circular publicada en agosto de 2012 donde se exige hacer un diagnóstico socioeconómico antes de proceder a desmantelar un campamento.

A finales de ese año fueron evacuados 11 mil 900 gitanos de los terrenos que ocupaban, y en el primer semestre de 2013 la cifra se eleva a 10 mil 100 y sólo en contados casos se les dio una alternativa de alojamiento.

Por otra parte, a quienes se les conduce a las fronteras les toman las huellas digitales y los registran como expulsados de Francia y no como repatriados.

De acuerdo con Viviane Reding, Comisaria Europea de Justicia, «tenemos reglas claras, firmadas por Francia, sobre la libre circulación de los ciudadanos europeos», y recordó que las personas deben ser tratadas en cuanto a individuos, y no por su pertenencia a una etnia.

Lamentó la funcionaria que el país galo haya sido incapaz de resolver en tantos años el problema de la inserción social de un grupo relativamente pequeño de familias.

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