Erradicar el trabajo infantil, agenda aún pendiente

La Habana, 29 sep (PL) Cuando faltan menos de tres años para el 2016, meta acordada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para alcanzar el objetivo de eliminar las peores formas de trabajo infantil, el tema continúa siendo agenda pendiente en muchos países.

Un informe divulgado esta semana por el organismo internacional da cuenta de que del 2000 a la fecha el número de niños trabajadores descendió en una tercera parte: de 246 millones a 168 millones.

Sin embargo, tal disminución es considera insuficiente, máxime si se tiene en cuenta que más de la mitad de esos menores está expuesta a las peores formas de ocupación, como laborar en ambientes peligrosos, esclavitud, trabajo forzoso, tráfico de drogas, prostitución, pornografía, así como su participación involuntaria en los conflictos armados.

Según los convenios 138 y 182 de la OIT, sobre la edad mínima de admisión al empleo y las peores formas de trabajo infantil, respectivamente, este es definido como aquel que daña la salud de los niños y niñas y menoscaba su educación, desarrollo y futura calidad de vida.

Al valorar las cifras, el director general de la OIT, Guy Ryder, reconoció que «nos estamos moviendo en la dirección correcta, pero los progresos son aún muy lentos».

A su juicio, si realmente el mundo quiere acabar con el flagelo del trabajo infantil en el futuro cercano, entonces es necesario intensificar los esfuerzos en todos los niveles. «Existen 168 millones de buenas razones para hacerlo», enfatizó.

Las últimas estimaciones de la OIT, publicadas como antesala de la Conferencia mundial sobre el trabajo infantil que se celebrará en Brasilia el próximo mes de octubre, reflejan que por regiones el mayor número de niños trabajadores se encuentra en la región de Asia y el Pacífico, con casi 78 millones.

En tanto, por sectores, la agricultura continúa siendo el de mayor presencia de infantes (98 millones), aun cuando el problema no es desdeñable en los servicios (54 millones) y la industria (12 millones), predominando la economía informal.

El reporte también menciona una disminución del trabajo de niños de 5 a 17 años de edad, en el período 2008-2012, en las regiones de Asia y el Pacífico, América Latina y el Caribe, y África Subsahariana.

Entrevistada por Prensa Latina, la representante de la Unicef en Cuba, Begoña Arellano, señaló que en América Latina existe hoy una tendencia positiva en el propósito de erradicar las peores formas de trabajo infantil para el 2016, pero aún queda por hacer.

La funcionaria del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) explicó que en la región se calcula que el nueve por ciento de los niños y niñas menores de 14 años trabaja.

En su opinión las causas del trabajo infantil son muy complejas y, esencialmente, están muy relacionadas con la pobreza, la cultura y la falta de calidad de la educación, lo que impulsa a los niños a desertar de las enseñanzas primaria y secundaria, y ponerse a laborar.

Es por ello, dijo, que los programas de transferencia condicionada han tenido mucho éxito en la mayoría de los países latinoamericanos, sobre todo en Brasil y Bolivia.

Estos programas, explicó, consisten en ayudas gubernamentales a las familias, mediante las cuales se les brinda una cantidad de dinero, recursos o comida poniendo como condición que envíen a los niños a las escuelas, alternativa que ha tenido gran aceptación.

A pesar del éxito, dijo, sigue quedando el mencionado nueve por ciento de infantes que trabajan, y su erradicación se torna un reto difícil.

En general, acotó, los países del área han hecho muchísimos avances en el objetivo de erradicar el trabajo infantil, sobre todo en el tema de la legislación y en la ratificación de la mayoría de los convenios internacionales.

Creo que el interés y la voluntad política existen, pero sucede que muchas veces tienen que poner los medios y recursos para ello, lo cual es también un tema de prioridades, subrayó.

En este contexto, apreció la experiencia de Cuba, sobre todo teniendo en cuenta que la isla no existe el trabajo infantil, lo cual está relacionado con la obligatoriedad de la educación primaria y secundaria. Creo que esta podría ser una lección para otros países, resaltó Arellano.

En sentido general el mundo da pasos en pos de erradicar el trabajo infantil, aunque más lentos que lo deseado y lo necesitado.

Tales propósitos son loables, pero para lograr el éxito deberá prevalecer la voluntad política de los gobiernos y el empeño en erradicar las causas, entre ellas la extrema pobreza, que obligan a los pequeños a trabajar, aun en condiciones peligrosas, y a endeudar su futuro.

Deja tu comentario