Papa Francisco llama a la paz y prepara reformas

Roma, 30 sep (PL) El papa Francisco llamó hoy a los líderes religiosos a convertirse en verdaderos mediadores de la paz en el mundo, al tiempo que fortaleció su Consejo de Cardenales en aras de estudiar la reforma de la Curia Romana.

Durante su intervención ante los participantes de la Jornada por la Paz, promovida por la Comunidad de Sant’Egidio, el Santo Padre expresó que la Iglesia no puede ser indiferente e impotente al drama de niños, familias y ancianos golpeados por la violencia.

No podemos dejar que el terrorismo aprisione el corazón de unos pocos violentos para sembrar el dolor y la muerte de tantos, aseguró.

En el encuentro, al que asistieron representantes de distintas religiones, el obispo de Roma dijo que el diálogo es el único camino hacia la paz, y para ello se necesita una plática tenaz, paciente, fuerte e inteligente.

Al dirigirse a los representantes de esa organización conocida por su mediación en los conflictos, pidió continuar rezando por la paz en Siria, el Medio Oriente y en todos los países del mundo.

Por su parte, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, apuntó que el Consejo de cardenales, instituido este martes por el Papa, tiene como tarea principal aconsejar al líder católico, ofrecerle sugerencias o propuestas, pero será este quien elija cuáles poner en práctica.

El equipo, compuesto por ocho purpurados de diversas nacionalidades, ayudará en el gobierno de la Iglesia católica universal y estudiará un proyecto de revisión de la constitución apostólica «Pastor bonus» (Pastor bueno) sobre la Curia Romana, precisa la fuente.

En declaraciones a la prensa, Lombardi hizo notar que el documento firmado por el Papa no estableció fecha de caducidad al mandato de los cardenales, por lo que se trata de un organismo permanente, que auxiliará al Papa cuando este lo cree conveniente.

Se trata de un «nuevo instrumento que enriquece el gobierno de la Iglesia con una nueva modalidad de consulta», agregó

Durante la misa de este lunes en la Casa de Santa Marta, el Sumo Pontífice recordó la necesidad de no caer en una «Iglesia funcionalista», pues la vitalidad de ella no está dada por documentos y reuniones «para planificar y hacer bien las cosas», sino en la integración de sus niños y ancianos.

Un pueblo que no se ocupa de sus viejos, niños y jóvenes no tiene futuro, porque en ellos descansa la memoria y la promesa, advirtió.

Francisco también fustigó una vez más el papel preponderante que el actual orden económico le concede al dinero, al que responsabilizó por la pérdida de «nuestra identidad como seres humanos».

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