La tragedia climática que azota al país

México (PL) Los ciclones Manuel, del Pacífico, e Ingrid, del Atlántico, simultáneamente inundaron la geografía mexicana y dejaron a su paso una de las mayores tragedias climáticas vividas por la nación.

El saldo hasta el momento es de más de 140 muertos, alrededor de 50 desaparecidos, una treintena de heridos, un millón 200 mil personas afectadas, 59 mil evacuados y las dos terceras partes del país azotadas, de acuerdo con registros oficiales.

De los 31 estados, 26 fueron golpeados por las fuertes lluvias. Asimismo, unos 550 municipios se encuentran perjudicados.

Numerosas zonas se inundaron, con daños a la agricultura y a la ganadería; diversas comunidades quedaron incomunicadas; 18 autopistas y 57 carreteras federales resultaron estropeadas, así como 117 caminos rurales.

Además, cinco puentes se devastaron y 15 resultaron impactados; cuatro mil 290 escuelas tuvieron daños y cientos de miles viviendas presentan desde roturas menores hasta destrucción total. Se estima que 52 mil personas se quedaron sin techo.

Los estados más perjudicados fueron Guerrero, Chiapas, Chihuahua, Colima, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.

Medios de comunicación difunden diariamente el drama de los familiares de los fallecidos y de las personas que lo perdieron todo o casi todo por las inundaciones.

En el hecho más dramático de los acontecidos, un deslave sepultó parte del poblado montañés La Pintada, donde 68 de sus habitantes quedaron desaparecidos, con muy pocas esperanzas de sobrevivientes.

Además, un helicóptero de la Policía Federal que era usado en tareas de ayuda a la población de esa localidad, tuvo un accidente y perdieron la vida sus cinco pasajeros.

Otro pasaje difundido fue la retención de unos 40 mil turistas nacionales y extranjeros en el balneario de Acapulco, ubicado en Guerrero, el territorio más golpeado.

Los vacacionistas estuvieron allí varados varios días, hasta que se habilitaron vuelos especiales y se logró abrir un paso en la carretera Acapulco-Ciudad de México.

El huracán Manuel penetró por Colima ya como tormenta tropical el pasado 15 de septiembre, en su trayectoria devastadora por tierra se debilitó a depresión y salió al mar en proceso de desintegración.

Pero seguidamente, en una atípica evolución, se fortaleció, convirtió nuevamente en huracán y el día 19 impactó por segunda ocasión a México, esta vez en Sinaloa.

Ingrid, por su parte, con extensas áreas de lluvias, el día 16 se adentró a tierra por Tamaulipas.

Ante esa crítica situación, el Gobierno constituyó de inmediato el Comité Nacional de Emergencia.

El presidente Enrique Peña Nieto, así como secretarios del Ejecutivo Federal y otros altos funcionarios, recorrieron las zonas más afectadas para analizar los daños y tomar medidas a fin de enfrentarlos.

El gobernante canceló su participación en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. En su lugar asistió a Nueva York el canciller José Antonio Meade.

De igual manera numerosos efectivos de las Fuerzas Armadas, la Marina y la Policía, con sus recursos para estos casos, así como los gobiernos estatales y municipales, prestan auxilio en los territorios necesitados.

La ciudadanía, conmovida, aporta donaciones de alimentos y objetos útiles, que son acopiados en centros de recepción ubicados en diferentes lugares del país.

Peña Nieto, en declaraciones a la prensa, explicó que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) será insuficiente para enfrentar los daños, por lo cual será necesario buscar nuevos recursos.

Añadió que se debe tener una mayor precisión de las afectaciones para poder hacer una revisión en el presupuesto y ajustar las partidas dedicadas a la ayuda a la población y a la reparación de la infraestructura dañada por los fenómenos climáticos.

Al ampliar al respecto, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dijo que hay 12 mil 500 millones de pesos (equivalentes a más de 952 millones de dólares) en disponibilidad inmediata del Fonden, pero si es necesario que se destinen recursos adicionales se explorarán otras opciones.

Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, los perjuicios ocasionados ascienden en total a 75 mil millones de pesos (cerca de seis mil millones de dólares).

Durante una de las periódicas reuniones con su gabinete para la evaluar la situación, el jefe de Estado llamó a no permitir el lucro con la emergencia, ni la búsqueda con esas entregas de propaganda política.

Detalló que los apoyos a la población afectada se otorgarán casa por casa, familia por familia.

Asimismo, instruyó que se establezca una vigilancia estricta en las tiendas para impedir que se pretenda encarecer los precios.

Anunció que se confeccionará un programa de apoyo a la construcción y reparación de viviendas, pero advirtió que este no incluirá edificaciones en zonas de riesgo.

Otra de las acciones que se llevan a cabo es la vigilancia sanitaria ante el temor de posibles epidemias por las inundaciones.

En el estado de Hidalgo se detectaron ocho casos de cólera, con uno de ellos fallecido, por lo cual se tomaron medidas de control.

Los problemas de salud más frecuentes que se presentaron son infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas agudas, dermatosis y fiebre, pero no se han registrado brotes epidémicos, según las autoridades.

Al sombrío panorama causado por los ciclones, se añadió la advertencia de los meteorólogos, de que las lluvias continuarían todavía durante algunos días más, con nuevas inundaciones y obstáculos a las tareas de restauración, al impedir la labor de equipos.

Aunque las precipitaciones al menos beneficiarán a la agricultura en el próximo ciclo agrícola, sobre todo en aquellas regiones del norte que enfrentaban años de sequía.

México ha enfrentado a lo largo de su historia golpes muy duros de la naturaleza, entre estos los destructores sismo de 1985 y huracán Paulina de 1997, pero siempre, a golpe de entereza, su pueblo se ha levantado nuevamente.

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