Régimen de consolidación fiscal

La promesa del gobierno federal de eliminar el Régimen de Consolidación Fiscal resultó ser un anuncio efectista, mediático, envuelto en una reforma hacendaría que, en su mayoría resultaron falsos sus argumentos principales; falso que la pensión para adultos mayores sea universal; falso que abrieron partida presupuestal para el seguro de desempleo; falso que sean los patrones los que van a pagar más cuotas al IMSS y bajarán las cuotas a los trabajadores.

Falso que la reforma hacendaria sea justa, menos aún es progresiva porque deja casi intactos los intereses de los grupos financieros y los grandes grupos empresariales, como falso es que desaparezca el Régimen de Consolidación Fiscal.

Peña Nieto ofreció eliminar el Régimen de Consolidación Fiscal pero en la reforma hacendaria solo le cambia el nombre, sigue permitiendo las deducciones de supuestas pérdidas, sigue permitiendo el diferimiento del pago del impuesto, sólo reduciéndolo de 5 a 3 años. Este Régimen se ha utilizado para eludir y evadir el pago del ISR y es la causa principal del bajo porcentaje de ingresos tributarios de México comparado con los países de OCDE.

El costo fiscal estimado por las autoridades para 2014 de este régimen es de tan solo 9,954 millones de pesos, esa cantidad indica que el cambio de nombre solo les permitirá recaudar una cantidad ridícula por ese concepto, ya que el Régimen de Consolidación Fiscal en el Presupuesto de Gastos Fiscales es de 250 mil millones de pesos y en la página de Internet de la Bolsa Mexicana de Valores aparecen 30 grupos que consolidan, de acuerdo a esa información; esos 30 grupos tienen un diferimiento del pago por 127 mil millones de pesos.

Este Régimen se creó desde Luis Echeverría Álvarez, con el objetivo de «impulsar el desarrollo económico del país», es evidente que el desarrollo no se ha alcanzado a pesar de estar vigente dicho régimen por 40 años y lo único que se consigue es un régimen privilegiado para los privilegiados. Los grandes pagan en promedio un 4.1% de ISR, mientras que todos los demás pagamos 30%. Si cada empresa pagara su ISR por separado, sin consolidar, la recaudación crecería en forma significativa.

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