Ave vuela seis meses sin parar en su migración de Europa a África

Berna, 12 oct (PL) Un ave, el vencejo real (Tachymarptis melba), es capaz de mantenerse seis meses enteros en el aire en su migración hacia África, señalan evidencias recogidas mediante un pequeño sensor por investigadores del Instituto Ornitológico Suizo.

Esas pequeñas aves se reproducen durante el verano en Europa y después viajan al continente africano para pasar el invierno, a miles de kilómetros de distancia. Hasta la fecha, desplazamientos continuos tan prolongados solo habían sido documentados en animales terrestres.

De acuerdo con el estudio, publicado en la revista Nature Communications, Felix Liechti y sus colegas del Instituto Ornitológico Suizo colocaron a seis vencejos reales sendas etiquetas electrónicas para registrar sus movimientos y conocer la energía que gastan, con qué frecuencia se detienen y cuánto tiempo pasan volando.

El sensor, desarrollado por la Universidad de Berna, recoge datos cada cuatro minutos sobre la aceleración del pájaro, el ángulo del cuerpo con respecto al suelo y la luz.

De esta forma, los investigadores pueden deducir su altitud, y también podían saber los patrones de diferentes tipos de movimientos, como el aleteo, el deslizamiento en el aire o posarse en el suelo.

Un año después, cuando tres de las aves regresaron al lugar de reproducción, los científicos recuperaron sus etiquetas electrónicas.

Los datos mostraron, según afirma Liechti a la revista del Smithsonian, que durante su período no reproductivo en África las aves siempre habían estado en el aire. Por más de 200 días consecutivos, los pájaros volaron sobre África occidental.

Los científicos están seguros de que cada uno de los puntos de datos recogidos indicaban que en cada momento las aves estaban en el aire.

«Se quedaron en el aire todo el tiempo que pasaron al sur del Sahara, el día y la noche. A veces simplemente se deslizan durante unos minutos, así que no hay movimiento, pero el ángulo del cuerpo indica que todavía están planeando en el aire», apuntan los investigadores.

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