Comunidad judía romana demanda entierro de criminal nazi en Alemania

Roma, 13 oct (PL) La comunidad judía romana demandó hoy enterrar en Alemania al criminal nazi Erich Priebke, fallecido en esta capital a los 100 años edad, cuando cumplía una sentencia de cadena perpetua por la llamada matanza de Fosas Ardeatinas.

El presidente de la Comunidad judía en Roma, Ricardo Pacifici, consideró necesario trasladar los restos mortales del exoficial de las SS (tropas especiales nazis) a la localidad germana de Hnnigsdorf, en el estado de Brandesburgo.

«Sólo hay una solución. Siguiendo toda la lógica debería regresar al país donde nació. Y ese país es Alemania. Debería ser enterrado en el lugar donde nació», afirmó Ricardo Pacifici.

El vicariato romano negó ayer la posibilidad de efectuar un funeral público para Priebke en una iglesia de esta urbe.

Con anterioridad, Paolo Giachini, abogado del excapitán fallecido el pasado viernes, había anunciado la realización de una despedida de duelo el martes próximo, en una iglesia romana.

El ayuntamiento capitalino también prohibió cualquier acto solemne o ceremonia pública durante el sepelio de Priebke, uno de los organizadores del asesinato de 335 personas en marzo de 1944 en una mina abandonada, en la zona conocida como Fosas Ardeatinas.

La cancillería argentina también respondió con una prohibición a las declaraciones de Giachini el viernes último, poco después de conocerse el deceso del criminal de guerra, sobre el posible envío del cadáver de Priebke a la región de Bariloche.

El Ministerio del Exterior de Argentina orientó suspender cualquier trámite para el ingreso a ese país del cuerpo sin vida del criminal nazi.

Organizaciones judías denunciaron por años las cómodas condiciones de arresto domiciliario en que Priebke cumplió su cadena perpetua, beneficiado por las leyes italianas y que le permitían salir de día fuera de su casa en esta urbe.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Priebke huyó en 1946, primero a Buenos Aires y luego a la región argentina de Bariloche, donde permaneció escondido por casi cinco décadas, hasta ser descubierto y extraditado a este país en 1995.

El criminal de guerra, quien hasta el último momento mantuvo sus posicionas fascistas y reconoció sin remordimientos el crimen perpetrado en marzo de 1944, dejó al morir una entrevista escrita y un vídeo a manera de testamento.

Organizaciones judías fustigaron el hecho de que en su testamento el exoficial aseguraba que nunca renegó de su pasado, mientras consideraba al Holacausto como una propaganda.

De hecho, Priebke negó en todo momento la existencia de cámaras de gas, en las cuales fueron exterminadas millones de personas en campos de concentración alemanes.

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