FARC-EP aspiran a buena nueva en diálogos de paz

La Habana, 13 oct (PL) Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) expresaron hoy aquí que esperan dar pronto la «buena nueva» de un informe satisfactorio respecto al punto de participación política, contenido en los diálogos de paz con el gobierno.

En un comunicado al cierre de este ciclo de negociaciones en La Habana, el grupo armado afirmó que redobla esfuerzos con ese propósito para colmar de «optimismo y mayor convicción los corazones de esa inmensa masa de desposeídos que verdaderamente anhela la conquista de paz».

«El país debe tener claro una gran verdad: hemos trabajado a fondo cada día; no ha habido jornada en la que no propiciemos el avance», aseveró el comandante rebelde Iván Márquez al leer el mensaje de las FARC-EP.

Márquez, jefe de este grupo negociador, expuso que han presentado cerca de un centenar de propuestas para la participación política, después que fueran respondidas al mismo tiempo todas las inquietudes presentadas por los representantes del gobierno en la mesa fuera del orden de la agenda pactada.

Sin embargo, consideró que no es sensato que se pretenda mostrar a la insurgencia como la parte del diálogo que frena los ritmos para el avance del proceso de pacificación.

Aseveró que los ciclos no deben desperdiciarse en laberintos gramaticales ni distrayendo la atención en nimiedades en detrimento de la solución a los problemas fundamentales, concretos, que con lenguaje sencillo se plantean los ciudadanos en las calles.

Manifestó que el pueblo no es un «convidado de piedra» y, por ejemplo, nadie podría concebir que, en un país donde la mayoría de su población vive en las ciudades, para definir los fundamentos de la paz no sea de agenda tocar la problemática urbana.

El comandante guerrillero calificó de absurdo no dar a conocer con mayor frecuencia la plenitud de lo acordado en cada ciclo y se cuestionó cómo puede saber el país la dimensión del avance si se le priva de una información a la cual tiene derecho.

«Nosotros sí tenemos confianza en la sabiduría de la gente del común y, por eso, hemos retomado sus aportes, sus reivindicaciones, sus sueños de nación, para hacer posible lo que siempre se le ha negado: expresarse y tener vida digna», señaló.

Precisó que el gobierno colombiano conoce que cuando las FARC-EP tomaron la decisión de iniciar este proceso, el propósito de fondo era discutir y buscarle la solución a los problemas estructurales que generaron el conflicto político, social y armado que desangra a la nación.

«Con esa convicción se firmó el acuerdo en La Habana, tal como de manera muy breve, pero precisa se deja sentado en su preámbulo», comentó.

Márquez añadió que de tal forma «no son pertinentes ni correctas las interpretaciones restrictivas que como constante se le pretende imponer, ahí sí como obstáculo, al desarrollo de las discusiones».

A nombre del grupo negociador aseveró que la razón impone que antes de rubricar el acuerdo final es necesario convenir el contenido de las reformas institucionales, las cuales la contraparte en el diálogo reconoce que deben ser implementadas luego de su firma.

El gobierno tiene la responsabilidad de no permitir que se nos escape esta esperanza, porque posee en sus manos la decisión de los cambios, de abrir las puertas a la democracia, y atender el clamor de un pueblo de paz con justicia social, asevera el informe de las FARC-EP.

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