Lima, 14 oct (PL) Las selecciones de Bolivia y Perú jugarán mañana aquí el partido más triste del torneo premundialista suramericano, pues los dos equipos están eliminados y ni siquiera habrá público en las tribunas.
El cotejo, de mero trámite por el anticipado fracaso de los dos combinados, es precedido sin expectativa alguna, con una frialdad que no cede por las declaraciones de los entrenadores de la visita, el vasco Xabier Azkargorta, y de los dueños de casa, el uruguayo Sergio Markarián.
Ambos y sus jugadores aseguran que jugarán con espíritu deportivo y lucharán por despedirse por una victoria, sin conseguir entusiasmar a los aficionados que, aunque quisieran, no podrán ir a ver el juego.
La Federación Internacional de Fútbol dispuso a través de su tribunal disciplinario que el partido se juegue sin público, como sanción por incidentes registrados en el Estadio Nacional de Lima el mes pasado, cuando Perú cayó 1-2 ante Uruguay.
Azkargorta se refirió al hecho al considerar muy triste jugar sin gente en las graderías. «Es como si a ustedes les dijeran que este reportaje no lo va a ver nadie», dijo a los periodistas.
Matizó el fracaso de la eliminación al indicar que, al igual que Markarián, él ha hecho un trabajo de renovación, buscando y promoviendo nuevos valores jóvenes.
El delantero boliviano Marcelo Martins, el más destacado del equipo verde, dijo que él y sus compañeros han asumido el reto de hacer un buen partido mañana, para darle una alegría a sus seguidores en Bolivia.
Otro ingrediente frustrante del juego de mañana es que el capitan del combinado rojiblanco y el jugador peruano más exitoso de la última década, Claudio Pizarro, cerrará con este partido su ciclo premundialista, pues a los 35 años no estará en condiciones de jugar la próxima eliminatoria.