Buscan que XXIII Cumbre Iberoamericana renueve ese mecanismo

Panamá, 15 oct (PL) El declive de las cumbres iberoamericanas puesto de manifiesto en las últimas reuniones del mecanismo ha encendido las luces de alerta en los 22 gobiernos miembros que tratarán en esta XXIII edición de Panamá marcar un cambio de rumbo.

El secretario general iberoamericano, Enrique Iglesia, que termina su administración en enero próximo, la ha bautizado como la «cumbre de la renovación» porque introduce iniciativas dirigidas a frenar la pérdida de interés en ellas, su poca eficacia y su desvinculación de la realidad del mundo actual.

Esta cita se ha estado trabajando desde sus numerosas reuniones previas sectoriales sobre la base de un «documento de la renovación», elaborado por el expresidente chileno Ricardo Lagos, el propio Iglesias y la excanciller mexicana Patricia Espinosa.

El objetivo es reimpulsar o relanzar las cumbres mediante cambios sustanciales como su periodicidad bianual a partir del próximo año tras la cita de Veracruz, México, con lo cual serán celebradas los años pares, mientras que en los impares tocar el turno a las cumbres Unión Europea-América Latina.

Para dinamizarlas se han introducido este año dos novedades que se estrenan en Panamá. Una de ellas es una cumbre de jóvenes llamada Vanguardia Iberoamericana que, aunque funciona hace siete años, es la primera vez que forma parte del cuerpo de la cita de Jefes de Estado y Gobierno.

Vanguardia Iberoamericana tiene una agenda y un calendario propio, y hace sus convocatorias y depuración de los aspirantes a participantes por sus propios medios, pero su objetivo es que las propuestas presentadas y aprobadas vayan a la mesa de trabajo de los mandatarios.

La otra iniciativa destacada es el denominado foro Innovación Ciudadana, que también es la primera vez que forma parte del programa de las cumbres aún cuando desde hace algún tiempo forma parte del llamado gabinete de la Secretaría General Iberoamericana.

Esta idea tiene de interesante que introduce un concepto poco conocido pues en sentido general la innovación se relaciona con tecnología o sucesos productivos y casi nunca con la persona en sí, en este caso en su expresión social: la sociedad o ciudadanía.

Y la intención, según explicó a un grupo de corresponsales extranjeros su coordinado Pablo Pascale, es bien clara: romper el aburrimiento, la inercia y la poca eficiencia de las cumbres y llevarlas hasta el ciudadano para que se sienta partícipe de éstas.

La tarea sale a la luz cuando el declive es muy pronunciado, pero según Pascale se perciben resultados y esperan que sean mayores en la medida en que incorporen la tecnología digital a los sistemas de información para que el ciudadano común tenga acceso no solo a sus conclusiones, sino sobre todo a sus planes y programas.

Lo cierto es que algo se tenía que hacer ante la inoperancia de las cumbres y la incertidumbre de cómo va a manejarse la comunidad iberoamericana en lo inmediato y a corto plazo en las condiciones del mundo de hoy, después de la crisis económica de 2008 y las complicaciones actuales.

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