Washington, 21 oct (PL) La reforma migratoria en Estados Unidos atraviesa por un momento de incertidumbre luego de la confrontación en el Congreso durante las negociaciones para poner fin a la crisis fiscal, señalan hoy medios políticos y de prensa.
El cambio de esa ley, la pieza central de la agenda interna del segundo mandato del presidente Barack Obama, perdió impulso en las últimas semanas luego del avance logrado en el Senado, donde se aprobó un plan integral que los republicanos de la Cámara de Representantes se niegan a votar.
Algunos opositores creen que la profunda falta de confianza generada entre los republicanos y la Casa Blanca casi asegura que el tema no pasará este año en el legislativo, indica el diario USAToday.
Durante declaraciones a una televisora de Los Angeles, afiliada a la cadena Univisión, Obama prometió que presionará sobre el tema migratorio inmediatamente y urgió al presidente de la Cámara, John Boehner, republicano de Ohio, y a otros líderes de ese partido a permitir una votación sobre el plan del Senado.
Sin embargo, el tiempo y la cercanía de las elecciones legislativas intermedias de 2014 parecen conspirar para que el plan sea refrendado y sometido a la firma de Obama, estiman comentaristas del tema.
Activistas pro reforma pulsan ahora porque el tiempo y el momento para el cambio de la ley se agota y quieren que el Congreso se pronuncie a mediados de noviembre.
Partidarios de la medida están convencidos de que si la Cámara baja no actúa ahora y retrasa su acción hasta 2014, los esfuerzos para el cambio de ley morirán, ya que habrá pocas ganas de debatir un tema tan candente en un año de elecciones intermedias en el Congreso.
No obstante, los republicanos insisten en avanzar iniciativas separadas sobre temas muy puntuales, entre ellas una que aborde la situación jurídica de los jóvenes inmigrantes indocumentados comúnmente llamados dreamers (soñadores).
También el representante republicano Paul Ryan de Wisconsin, un posible candidato a la Casa Blanca en 2016, anunció que trabaja en un plan dirigido a la población indocumentada en general.
El enfoque fragmentario probablemente también incluiría proyectos de ley centrados en la seguridad fronteriza, visas para los trabajadores extranjeros y la aplicación de la inmigración, estiman observadores.
En la actualidad hay cinco de estas iniciativas que la Cámara baja pudiera votar, luego de su consideración en su Comité Judicial.
Al respecto, Frank Sharry, director ejecutivo de la organización America´s Voice estimó que si los republicanos quieren obtener crédito para la reforma, tienen que presentar algo serio, que incluya la legalización y un camino a la ciudadanía.
Mientras, en opinión de Simon Rosenberg, del New Policy Institute, Estados Unidos está mucho más cerca que nunca antes de ver esta reforma aprobada. Si los partidos políticos se sientan a negociar, es posible que la reforma sea aprobada este año, subrayó.