Bagdad, 27 oct (PL) La secuencia de nueve explosiones de automóviles bomba hoy en áreas de residencia de musulmanes chiítas en esta capital y otras zonas dejó hasta ahora 54 muertos y 90 heridos, según datos oficiales.
Nadie está en condiciones de asegurar que esas cifras son totales, dada la continuidad frecuencia y violencia de los atentados que estremecen a este país todos los días del año.
Del total, dos de los ataques se registraron en el distrito de clase obrera de Al Shaab, donde cinco personas perdieron la vida y 17 resultaron heridas, algunas con peligro para sus vidas y otras que sufrirán amputaciones, de acuerdo con fuentes médicas que hablaron en calidad oficiosa.
Atentados similares se registraron en los distritos de Bayaa, Baladiyat, donde murieron tres personas, Mashtal, Hurriyah y Dura, en esta capital, así como en Saba al-Bur y Nahrawa, fuera del área urbana capitalina, pero cercanos.
Los atentados en las siete localidades elevaron a 620 el número de decesos en octubre por la violencia política entre musulmanes sunitas y chiítas que este año supera los cinco mil 300, cifra similar a la registrada en 2008 por la conflagración del mismo tipo durante el apogeo de la ocupación militar de Estados Unidos.
Antes de la invasión de este milenario país por Estados Unidos, ordenada por el expresidente George W. Bush con el pretexto de la existencia de armas de exterminio masivo, nunca encontradas, los conflictos confesionales eran desconocidos en este país, que albergó a la más numerosa comunidad cristiana del Levante, los caldeos, la mayor parte de la cual ha emigrado.
Otro de los resultados de la ocupación castrense de Washington, no menos horripilante, es que, según un estudio de académicos de Estados Unidos, Canadá y el propio Irak, desde la entrada de las fuerzas norteamericanas más de medio millón de personas han muerto por razones políticas.