Venezuela busca alternativas económicas sin devaluación monetaria

Caracas, 27 oct (PL) El vicepresidente venezolano para el Área Económica, Rafael Ramírez, reconoció hoy debilidad en el sistema estatal de control de divisas, pero volvió a descartar una devaluación monetaria.

Durante una entrevista concedida al veterano periodista José Vicente Rangel en el canal privado Televen, el funcionario señaló que la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) ha sido infiltrada por la «burguesía parasitaria», como se cataloga desde el Gobierno a ciertos sectores económicos adversos.

Ramírez reiteró que se impone una reestructuración de ese ente -que según fuentes oficiales otorga el 95 por ciento de los recursos para el funcionamiento de la economía nacional- a fin de combatir lo que se ha dado en llamar el «cadivismo».

El término fue acuñado por el presidente Nicolás Maduro durante su alocución de solicitud oficial ante el Parlamento de una Ley Habilitante que le otorgue poderes especiales para avanzar en la lucha contra la corrupción administrativa.

Entonces, el dignatario lanzó una crítica al modelo económico que todavía en estos momentos beneficia a una «burguesía parasitaria» que -apuntó- no produce «absolutamente nada» para el país.

Maduro admitió también la existencia de una «colección de dificultades» en el plano económico (acaparamiento, especulación, mercado paralelo de divisas…) y apostó por una renovación de Cadivi y por avanzar hacia la superación del tradicional modelo del rentismo petrolero.

Este domingo, Ramírez defendió esa línea política como fórmula para enfrentar la denominada «guerra económica» de la derecha y, en consecuencia, conjurar los niveles de desabastecimiento de algunos productos básicos, la especulación y el ataque a la moneda.

Consideró que el cadivismo se refleja en la existencia del mercado paralelo de dólares, que -apuntó- «es el enemigo» y no tiene justificación.

Indicó Ramírez que «la inteligencia del Estado» trabaja para detectar qué sectores alimentan fundamentalmente este mercado.

Aclaró que el control de cambio no está cuestionado como política para proteger las reservas financieras del país y afirmó que el Gobierno posee una ventaja fundamental para encarar la «guerra económica»: el manejo de la industria petrolera, que constituye la gran fuente de captación de divisas en Venezuela.

El también ministro de Petróleo y Minería no solo negó que esté planteada una devaluación monetaria, sino que rechazó las matrices de opinión acerca de un supuesto déficit de divisas.

Recordó que se ha configurado una nueva arquitectura financiera y que, en consecuencia, los recursos disponibles no solo van a las reservas internacionales del Banco Central del Venezuela, sino también a instrumentos como el Fondo de Desarrollo Nacional y el Fondo Chino-Venezolano, sustentado en las ventas de petróleo a Beijing.

En términos generales, el titular aceptó que los niveles productivos no han crecido a la par de los niveles de consumo durante los últimos años.

Precisamente, justificó su reciente designación al frente de la Vicepresidencia Económica -en lugar del ministro de Finanzas, Nelson Merentes- como parte de una estrategia para avanzar hacia una etapa de mayor coordinación entre los sectores financiero y productivo.

En tal sentido, destacó la «férrea unidad de propósito y de acción» prevaleciente a lo interno del Ejecutivo nacional.

Ramírez elogió la política de plena soberanía petrolera, que ha permitido multiplicar la inversión social, y a la vez hizo votos por una transición socialista basada en la subversión del rentismo, de acuerdo con los objetivos del Plan de la Patria 2013-2019, diseñado por el fallecido líder Hugo Chávez.

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