Madrid, 29 oct (PL) Las ventas minoristas en España subieron 2,2 por ciento en septiembre respecto a igual mes de 2012 y retornaron a terreno positivo, tras 38 meses consecutivos de descensos, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Eliminados los efectos estacionales y de calendario (diferencia de días hábiles), la facturación del comercio al por menor también aumentó 2,2 por ciento en el noveno mes del año, frente al desplome de 4,8 por ciento experimentado en agosto.
En tasa mensual (septiembre sobre agosto), las ventas del comercio minorista, corregida la estacionalidad y el efecto calendario, bajaron 2,5 por ciento, frente al avance de 3,3 por ciento que registraron en el octavo mes del actual ejercicio y la caída de 9,1 por ciento del mismo mes de 2012.
En lo que va de 2013, la facturación del sector acumula un descenso medio de 5,4 por ciento, según los datos publicados por el INE.
El empleo en el sector declinó 1,8 en septiembre, con retrocesos en todos los modos de distribución, salvo en las grandes cadenas, que mantuvieron sin cambios su ocupación respecto al mismo período de 2012.
Los mayores descensos los registraron las pequeñas cadenas y las grandes superficies, donde el empleo se contrajo 4,3 y 3,6 por ciento, respectivamente, mientras que las empresas unilocalizadas y las grandes cadenas recortaron la ocupación 0,7 y 1,2 por ciento, en ese orden.
La oficina estadística española precisó que las ventas de productos alimenticios se redujeron dos por ciento en tasa interanual.
Asociaciones de defensa del consumidor expresaron preocupación por el desplome de las ventas del comercio minorista, al considerar que refleja la difícil situación de muchos colectivos, que han reducido, incluso, la compra de alimentos.
La disminución de un sector básico como es la alimentación pone de manifiesto que las familias no sólo se están apretando el cinturón en menaje del hogar y otros productos de compra, sino también en lo más esencial, la comida, alertaron.
Inmersa en un esfuerzo de ajuste económico sin precedentes, España tiene una tasa de desempleo récord del 26 por ciento de la población económicamente activa, casi seis millones de parados.
Por su parte, la cantidad de hogares con todos sus miembros activos sin empleo, otro indicador para medir el drama de este flagelo, se ubicó en septiembre pasado en un millón 807 mil 700, es decir, 69 mil 800 más que hace un año.