Lila Downs canta en Cuba la música que le gusta

La Habana (PL) Lila Downs hace lo que le gusta: cantar al México natal, sus raíces, los dilemas de su tierra, precisamente con esa música viajó a Cuba para ofrecer un concierto único.

Aunque interpreto diversos géneros típicos de la nación azteca, mi pasión son las rancheras porque en el fondo soy una mujer muy oscura, confesó a Prensa Latina esta cantautora oaxaqueña.

«Desde niña me gustaba cantar, pero no me convencía hacerlo en alemán, italiano y francés, así comenzó mi rechazo hacia lo europeo y la búsqueda de mis raíces».

Cuando escuché por primera vez a la argentina Mercedes Sosa me di cuenta que había otra manera y luego la canción protesta terminó de mostrarme el camino a seguir, explicó.

Los cantautores cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés también jugaron un papel importante en mi vocación artística, los escucho desde niña gracias a mi padre, un estadounidense de izquierda, reveló Downs.

Su vida ha transcurrido entre México y Estados Unidos; estudió antropología en la Universidad de Minnesota y allí decidió dedicarse por completo a la música.

En busca de la historia indígena de su madre, investigó más sobre los pueblos de Oaxaca, donde existen 16 etnias diferentes, cada una con su propia cultura y símbolos identitarios.

Ahora lleva siempre ropa típica de esa región del sur de México y usa sobre sus hombros el robozo, mezcla del manto de Manila español con la tradición indígena del tejido.

«Vengo de un México profundo, donde reina el mundo de los pueblos originarios y afromestizo, pero defender esas raíces e imponerse en un escenario dominado por ritmos comerciales implica una guerra», destacó esta mujer de sonrisa fácil y belleza apabullante.

Ahora promociona en La Habana su más reciente disco, Pecados y Milagros, el cual contiene seis temas suyos, varios de ellos de corte social como es usual en sus composiciones.

«Me duele el drama de los emigrantes, la marginación de los latinos en otras partes del mundo, la discriminación de la mujer y reconforta saber que mediante la música puedo mover a la reflexión o al cambio social», consideró la folclorista.

Para Downs, la visita a Cuba es una experiencia única, desde hace años deseaba visitar la isla y pudo realizar su sueño con ayuda de la cantante colombiana Totó la Momposina, quien ofreció un concierto aquí en junio de este año.

Rancheras mexicanas, cumbia, son jarocho y sonoridades del pop, el hip hop y el rock conforman su repertorio, y ahora desea inmiscuirse más en el ámbito de la música electrónica y el rap cubano.

También quisiera entonar boleros con la cantante cubana Omara Portuondo, diva del proyecto musical Buena Vista Social Club.

Su música tampoco tiene fronteras lingüísticas pues ha grabado temas en lengua mixteca, zapoteca, maya, purépecha y náhuatl, además de en español, inglés, francés, portugués y hasta euskera.

Con el álbum Pecados y Milagros, el cual promociona ahora en una gira por Europa, Estados Unidos y América Latina, ganó un Grammy en la edición de 2013.

Entre sus premios destaca un Oscar en 2002, por su participación en la banda sonora de la película Frida, dirigida por la cineasta estadounidense Julie Taymor.

De la mano de su productor cubano, Lila Downs llegó a La Habana para participar en el Segundo Encuentro de Voces populares, organizado por la cantante Argelia Fragoso.

Aquí era esperada con ansias y ganas de comprobar si realmente sus éxitos Zapata se queda, La Sandunga y La cumbia del mole se escuchan mejor acompañados con un ardiente mezcal mexicano.

Deja tu comentario