Exposiciones, danza, representaciones de los 12 talleres que se imparten en la Casa de Cultura de Azcapotzalco y un concierto a cargo del pianista cubano Daniel Herrera, son las actividades que el gobierno delegacional llevará a cabo de manera gratuita para celebrar el 22 Aniversario de existencia del recinto.
Los festejos se realizarán el 18 de noviembre a partir de las 10:00 horas con presentaciones artísticas de los 12 talleres que se imparten en la Casa de Cultura, ligados a talleres de oratoria y ajedrez a partir del mediodía, en el salón Cervantino y la Sala Morelos, respectivamente.
“Es un lugar que representa mucho orgullo para nosotros por muchas razones como su importancia histórica pero más porque se ha convertido en una vitrina para las expresiones artísticas de la delegación, de la ciudad y del país”, señaló el Jefe Delegacional Sergio Palacios Trejo.
Danza regional, exhibiciones de guitarra clásica y popular, ejecuciones en violín, ballet clásico y danza hawaiana, se presentarán el 18 de noviembre partir de las 15:00 y hasta las 18:00 horas en las salas Acolhuac, Abierta y el Salón Cervantino.
La exposición fotográfica “Una casa una historia”, en la sala Tezozómoc, con un recuento en imágenes de la transformación del recinto en distintos épocas y momentos, y la muestra pictórica “Azcapotzalco 22”, en la Sala Acolhuac, serán inauguradas y estarán abiertas al público hasta diciembre. A las 20:00 horas el festejo culminará con el concierto en el Salón Cervantino del pianista cubano Daniel Herrera.
“Quisimos integrar una agenda de actividades multidisciplinarias, donde los protagonistas fueran los propios usuarios de la Casa de Cultura, para que la gente presencie una pequeña muestra del trabajo que aquí se hace”, comentó Javier Gutiérrez Ruvalcaba, director de la Casa de Cultura, instituida como tal desde el 18 de noviembre de 1991.
El recinto es símbolo de la identidad “chintolola”, ya que además de sus 350 actividades anuales en sus 7 salones, es punto de reunión vecinal y referente a nivel Distrito Federal y en el país, con una afluencia de alrededor de mil personas al mes.
La construcción, con bellos jardines, vitrales y fuentes, data de 1565, cuando fue parte del convento Dominico y la Iglesia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago; en 1888, durante El Porfiriato, una sección del atrio de la parroquia cedió su espacio para construir el Palacio Municipal, inaugurado en 1891. El edificio, hecho a base de cantera, con pisos de barro rojo y fina herrería, operó como delegación política, anfiteatro, registro civil y cárcel, y fue declarado en 1986 como Monumento Histórico.