México, 30 nov (PL) El Instituto Nacional de Migración (INM) de México informó hoy que prevé para el año próximo un incremento de las deportaciones y repatriaciones de ciudadanos nacionales desde Estados Unidos.
Ante esa situación, el organismo anunció que prepara un programa denominado Somos Mexicanos, destinado a apoyar a miles de personas que queden varadas en las ciudades fronterizas.
En un análisis presentado ante el Senado, el comisionado del INM, Ardelio Vargas, comunicó que solo en 2012 el número de mexicanos que fueron repatriados o deportados por Estados Unidos fue de 370 mil, cifra que, según estimados, debe crecer en 2014.
Precisó que una eventual reforma migratoria, el endurecimiento de las medidas de control fronterizo y el trabajo de las agencias estadounidenses serán las principales causas que incidan en ese aumento.
El problema se nos va a disparar el próximo año y tenemos que estar preparados para atender no solamente la repatriación de menores, sino la repatriación de mexicanos adultos, resalta el documento elaborado por el titular del INM.
De acuerdo con Vargas, la entidad alista un programa de apoyo a migrantes deportados, el cual considerará las circunstancias derivadas de que el Gobierno de Estados Unidos incremente sus medidas de seguridad en la frontera.
La iniciativa, que deberá instrumentarse a partir de enero, busca una atención integral para los repatriados, con el interés de apoyar el retorno a sus comunidades de origen y aprovechar sus potencialidades laborales.
Tan sólo en 2012, recordó, recibimos a 370 mil mexicanos y el Instituto no tuvo la capacidad de poderlos apoyar en lo indispensable para regresarlos a sus poblaciones de origen, lo cual está generando un problema muy serio en las grandes ciudades fronterizas.
Reconoció que los gobiernos federal, estatales y municipales han sido incapaces de hacer frente a la situación de miles de personas que se encuentren estacionadas, sin recursos, en localidades como Tijuana, Mexicali, Juárez y Reynosa, entre otras.
Según el comisionado, solo volteaban hacia los connacionales residentes en el vecino norteamericano cuando se trataba de saber cuántos miles de millones de dólares enviaban al país, pero continúan recibiendo a cientos de miles de ellos cada año, desde la frontera, en condiciones de total indefensión y de escasa atención.