Condenan en Rusia a agresores de director artístico del Bolshoi

Moscú, 3 dic (PL) El exsolista del Teatro Bolshoi de Moscú Pável Dmitrichenko fue condenado hoy a seis años de cárcel como autor intelectual de un ataque con ácido sulfúrico contra el director artístico de esa compañía, Serguei Filin.
Un tribunal moscovita sancionó a 10 y cuatro años, respectivamente, a Yuri Zarutski, ejecutor directo de la agresión ocurrida en enero de 2013; y a Andrei Lipátov, quien trasladó en un auto a Zarutski hasta el escenario de los hechos y vigiló a la víctima.
Filin, de 42 años, no pudo asistir a la lectura de la sentencia porque con gran parte de la visión afectada viajó nuevamente a Aquisgrán, Alemania, donde tuvo que someterse a más de 20 intervenciones quirúrgicas oculares y trasplantes de tejidos.
El artista regresó en septiembre al Bolshoi para reasumir sus obligaciones profesionales, pero debió retornar recientemente a la clínica alemana en otra fase del largo tratamiento postoperatorio.
Según sus declaraciones, el atentado ocurrió el 17 de enero, cuando a las puertas de su casa moscovita un enmascarado le arrojó ácido sulfúrico en el rostro, ataque que le provocó graves quemaduras.
La defensa de los condenados, por su parte, dejó claro que apelará contra el veredicto por considerar la condena desproporcionada, si se tiene en cuenta que en Rusia a veces los asesinos reciben castigos de menos severidad.
Al margen de la tragedia de Filin, el asalto destapó escándalos de luchas intestinas en la más famosa institución cultural de la Federación eurasiática y condujo a cargos penales, acusaciones de corrupción, huelgas y finalmente la democión del director general.
En junio del año en curso, el ministro de Cultura, Vladimir Medinski, anunció en rueda de prensa la destitución de quien ocupó esa responsabilidad durante 13 años, Anatoli Iksanov, y la designación de Vladimir Urin como máxima autoridad del Bolshoi.
Los medios intelectuales rusos caracterizan a Urin como un administrador de mano firme, quien goza de amplio respeto para preservar el prestigio dañado de la denominada Sala Grande de Moscú.

Moscú, 3 dic (PL) El exsolista del Teatro Bolshoi de Moscú Pável Dmitrichenko fue condenado hoy a seis años de cárcel como autor intelectual de un ataque con ácido sulfúrico contra el director artístico de esa compañía, Serguei Filin.

Un tribunal moscovita sancionó a 10 y cuatro años, respectivamente, a Yuri Zarutski, ejecutor directo de la agresión ocurrida en enero de 2013; y a Andrei Lipátov, quien trasladó en un auto a Zarutski hasta el escenario de los hechos y vigiló a la víctima.

Filin, de 42 años, no pudo asistir a la lectura de la sentencia porque con gran parte de la visión afectada viajó nuevamente a Aquisgrán, Alemania, donde tuvo que someterse a más de 20 intervenciones quirúrgicas oculares y trasplantes de tejidos.

El artista regresó en septiembre al Bolshoi para reasumir sus obligaciones profesionales, pero debió retornar recientemente a la clínica alemana en otra fase del largo tratamiento postoperatorio.

Según sus declaraciones, el atentado ocurrió el 17 de enero, cuando a las puertas de su casa moscovita un enmascarado le arrojó ácido sulfúrico en el rostro, ataque que le provocó graves quemaduras.

La defensa de los condenados, por su parte, dejó claro que apelará contra el veredicto por considerar la condena desproporcionada, si se tiene en cuenta que en Rusia a veces los asesinos reciben castigos de menos severidad.

Al margen de la tragedia de Filin, el asalto destapó escándalos de luchas intestinas en la más famosa institución cultural de la Federación eurasiática y condujo a cargos penales, acusaciones de corrupción, huelgas y finalmente la democión del director general.

En junio del año en curso, el ministro de Cultura, Vladimir Medinski, anunció en rueda de prensa la destitución de quien ocupó esa responsabilidad durante 13 años, Anatoli Iksanov, y la designación de Vladimir Urin como máxima autoridad del Bolshoi.

Los medios intelectuales rusos caracterizan a Urin como un administrador de mano firme, quien goza de amplio respeto para preservar el prestigio dañado de la denominada Sala Grande de Moscú.

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