Washington, 6 dic (PL) El lugar donde aterrizó el vehículo explorador Curiosity en agosto de 2012, conocido como el cráter Gale, albergó un lago que pudo haber sido habitable, aseguran científicos en la revista Science Express.
Esa antigua cuenca tenía en el pasado las condiciones favorables para albergar microbios capaces de obtener energía de la oxidación de las rocas y que en la Tierra se encuentran comúnmente en cuevas y fuentes hidrotermales, según los expertos.
El Curiosity, después de transmitir a la Tierra detalles del suelo marciano cerca del lugar de aterrizaje, fue guiado al monte Sharp para investigar una anomalía térmica en una depresión de unos cinco metros de profundidad conocida como Yellowknife Bay.
Allí encontró un conjunto de pequeñas rocas sedimentarias granuladas que sugieren que en el lugar hubo un lago hace decenas o cientos de miles de años, de acuerdo con el equipo dirigido por John Grotzinger, del Instituto Tecnológico de California en Pasadena.