EE.UU. elude acusación sobre fabricación de calumnias contra Siria

Washington, 9 dic (PL) El gobierno de Estados Unidos intentó hoy restar importancia a las acusaciones en su contra sobre la fabricación de argumentos para lanzar un ataque contra Siria por el presunto uso de armas químicas.

Shawn Turner, portavoz de Inteligencia Nacional, desmintió afirmaciones del periodista Seymour Hersh, quien en un artículo publicado en la London Review of Books, acusa a la Casa Blanca por el uso de informes no probados que responsabilizaban al líder sirio Bashar al-Assad de los ataques con gas sarín.

El diario digital The Hill aborda la negativa de Washington y cita declaraciones de Turner, según las cuales no existió un esfuerzo para suprimir informes que apuntaban a grupos insurgentes como los posibles autores.

Según Hersh, el Frente al-Nusra, que los propios estadounidenses incluyen en la lista de grupos terroristas, también domina como fabricar y utilizar el sarín, algo que la Casa Blanca ocultó.

Eso iría en contra de las repetidas afirmaciones del presidente Barack Obama y otros altos funcionarios del gobierno de que sólo el gobierno de Siria era capaz de fabricar y desplegar esos artefactos.

Hersh también citó a un experto en municiones que plantea dudas acerca de si, como se alegó, se utilizaron cohetes sirios en el ataque.

El experto dice que las armas utilizadas parecen ser improvisadas y no del arsenal sirio, poniendo en duda otro fundamento central de evaluación de inteligencia del gobierno de Obama.

En agosto, el gobierno de Estados Unidos publicó un informe no clasificado según el cual la comunidad de inteligencia estadounidense evaluó con «alta confianza» que el régimen de Assad llevó a cabo el ataque, señala la publicación digital.

En su acusación, Hersh señala que la Casa Blanca encubrió informes que ponían en duda sus acusaciones contra Damasco.

Según las conclusiones de Hersh, a raíz de los ataques con armas químicas en las afueras de la capital Siria, las agencias de inteligencia de Estados Unidos produjeron informes altamente clasificados evidenciando que al-Nusra, grupo extremista afiliado a al-Qaeda, dominaba la tecnología para fabricar en grandes cantidades el gas sarín.

Asimismo los estadounidenses crearon un escenario mediático para acusar a las autoridades sirias del uso de armas químicas, algo que según decían sería la «línea roja» para intervenir directamente en la guerra impulsada por bandas armadas calificadas de mercenarias y terroristas por Damasco.

El laureado periodista estadounidense informó en su artículo que ya a finales de mayo, un asesor de inteligencia reconoció que la CIA comunicó a la Casa Blanca del trabajo de al-Nusra con el gas sarín.

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