Lima, 18 dic (PL) El próximo fallo de la Corte Internacional de La Haya que definirá la frontera marítima peruano-chilena no solo pondrá fin a un diferendo sino que consolidará los límites de la geografía peruana en forma definitiva.
Así lo reiteró anoche el presidente Ollanta Humala, en la ceremonia de graduación de la Academia Diplomática, en un discurso en el que destacó la importancia del dictamen de ese tribunal que el 27 de enero próximo establecerá en forma inapelable la frontera marítima chileno-peruana.
Según el mandatario, ese día se pondrá término a la compleja historia de definición de las fronteras con Bolivia, Brasil, Colombia, Chile y Ecuador, plagada de disputas diplomáticas y bélicas e iniciada apenas al proclamarse la independencia peruana, en 1821.
Perú tiene tratados de límites con todos esos vecinos y considera que falta el que fije la frontera marítima con Chile, la que pidió definir a la Corte Internacional de Justicia en 2008, tras declinar Santiago una negociación directa argumentando que dos convenios de 1952 y 1954 la fijaron, aunque Lima solo los reconoce como pesqueros.
Humala recordó que la misión primordial de la diplomacia es la defensa de la soberanía nacional, contexto en el cual manifestó la satisfacción peruana por «la próxima culminación del proceso de delimitación marítima con Chile» en el citado tribunal.
Con la sentencia, agregó, «cerraremos el capitulo más largo y delicado de toda nuestra historia diplomática, el de la definición y consolidación de nuestra fronteras, que ha durado toda nuestra vida Republicana y ocupado el eje central de la labor de Torre Tagle (sede de la Cancillería)».
«Con ello aspiramos a consolidar para nuestro país un entorno favorable a nuestra legítima ambición de desarrollo, de industrialización, fortaleciendo los lazos de hermandad que nos unen con nuestros vecinos y las demás naciones de Latinoamérica», aseveró.
Los dos gobiernos han manifestado reiteradamente el compromiso de acatar y ejecutar el fallo, cualquiera que sea, y la voluntad de dar un nuevo impulso a las intensas relaciones, sobre todo económicas, y la integración entre ambos países.
Mencionó por otra parte entre las líneas de la política exterior de su gobierno la defensa de la soberanía y la independencia, la promoción de valores democráticos y los derechos humanos y la dignidad de las personas, el respeto a los principios del derecho internacional y la lucha por la paz y la seguridad internacional.
También mencionó la responsabilidad de velar por las comunidades de peruanos en el exterior y la promoción de la economía, intereses que, dijo, se derivan del nuevo contexto global, que ha facilitado enormemente la movilidad de personas, bienes y capitales.