Miles de extranjeros en zonas violentas de Sudán del Sur

Yuba, 24 dic (PL) Unos tres mil extranjeros continuaban atrapados en las zonas más violentas de Sudán del Sur, en medio de un conflicto que cumple hoy su décimo día y ha dejado más de mil muertos entre militares y población civil.

Australianos, británicos, canadienses y kenianos se encuentran entre los ciudadanos foráneos que permanecen en las ciudades de Yuba, Bor y Bentiu, donde el fuego de ametralladoras pesadas ha impedido las tareas de evacuación.

Entretanto, unas 17 mil personas, muchas de ellas ugandeses y etíopes, han buscado protección en la base de Naciones Unidas en Bor, capital del oriental estado de Jonglei y en poder del bando armado antigubernamental desde mediados de la semana anterior.

Bor es la ciudad donde fuerzas contrarias al presidente Salva Kiir dispararon el sábado contra aeronaves híbridas (helicóptero-avión) de Estados Unidos y obligaron a los tres CV-22 Ospreys a abortar la misión de salvamento.

El presidente Barack Obama envió una carta al Congreso federal para hacerles saber que planea adoptar mayores acciones militares en Sudán del Sur en pos de proteger a ciudadanos norteamericanos y propiedades de Washington, según alegó.

Voceros del Pentágono adelantaron que el comando central activó el desplazamiento de 150 marines y 10 aviones, incluyendo naves Osprey y C-130 de transporte, hacia Camp Lemonnier, en Djibouti, la única base militar permanente de Estados Unidos en África.

La Casa Blanca busca sobre todo evitar otro caso Benghazi, donde murieron el año pasado el embajador Christopher Stevens y otros funcionarios estadounidenses en el norte de Libia.

Según cifras del coordinador humanitario de la ONU, el británico Toby Lanzer, el número total de refugiados internos ya es superior a 100 mil y los muertos más de un millar.

Trascendió que el ejército de Sudán del Sur está avanzando hacia Jonglei pero aún no hay indicios de una clara superioridad estratégica o militar de ninguna de las dos partes en conflicto.

Los militares partidarios del exvicepresidente Riek Machar dominan las principales posiciones en los estados de Unity, importante enclave petrolero, y en Jonglei, la mayor y más populosa provincia del país subsahariano.

En entrevista con la cadena CNN la víspera, el líder insurgente Machar negó que él o sus seguidores tengan alguna intención de tomar el poder por la vía militar.

«No hubo ni hay ningún Golpe de Estado aquí. Eso es una mentira absolutamente fabricada. Es un levantamiento del pueblo contra los abusos de las fuerzas de seguridad de Salva Kiir», comentó el exvicepresidente.

Estamos listos -agregó- para iniciar un diálogo con el gobierno si primero liberan a todos los detenidos políticos. «El ejército los deja libres, entonces comenzamos a platicar, y seguro llegaremos a una solución pacífica», acentuó.

La violencia pudo haber comenzado por un malentendido luego que los primeros disparos se registraron el 14 de diciembre cuando miembros de la etnia Nuer de la Guardia Presidencial oyeron informes falsos acerca de que Machar había sido encarcelado.

Empero, la región tiene un amplio expediente en cuanto a guerras civiles y conflictos interétnicos. Además, tras alegar conspiraciones y traición, Kiir -del clan dinka- despidió abruptamente a Machar del gobierno en julio último.

El gobierno de la India evacuó este lunes a 11 ejecutivos de la Corporación de Petróleo y Gas Natural, de propiedad estatal y con intereses económicos en Sudán del Sur, donde la violencia armada también se cobró la vida de dos cascos azules indios.

Analistas militares internacionales indicaron que la milicia tribal de la etnia luo nuer, un subgrupo racial de los nuer conocidos aquí como «huestes blancas», están concentrando tropas en la localidad de Bor, mayormente poblada por dinkas.

Este movimiento recordó a muchas autoridades el preludio de la masacre del año 1991, cuando decenas de ciudadanos dinkas resultaron muertos en un espiral de venganza desatado por gendarmes nuer.

Sudán del Sur, un país fundado en 2011, dispone de un territorio mayor que el de España y Portugal juntos, una población de casi nueve millones de habitantes, una decena de estados o provincias, y medio centenar de comunidades étnicas.

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