Navidad violenta reciben residentes en Sudán del Sur

Yuba, 26 dic (PL) Pobladores de Sudán del Sur vivieron un sombrío día de Navidad. Pese al llamamiento de la Unión Africana para un cese del fuego, el conflicto bélico continuaba hoy entre soldados gubernamentales y las tropas rebeldes del exvicepresidente Riek Machar.

Desde una iglesia en esta capital, el presidente Salva Kiir -vestido con ropas tradicionales en lugar de uniforme militar- pidió el miércoles un nuevo esfuerzo en pos de lograr la paz, la reconciliación y la unidad nacional.

Empero, el gobernante igualmente intentó elevar la moral de sus tropas. Quiero decirles que no se desesperen, estos serán los últimos momentos en la historia de nuestra nación en que sucedan estas situaciones de guerra, prometió. Kiir recordó que las fuerzas leales a su administración habían retomado esta semana el principal bastión de los grupos sediciosos en la ciudad de Bor, estado Jonglei, a unos 60 kilómetros al norte de Yuba.

En su alocución navideña, el mandatario perteneciente a la etnia dinka condenó además a «cualquier persona que vaya a las zonas residenciales a matar a la gente o para saquear la propiedad de los demás».

El conato de guerra civil en Sudán del Sur comenzó el 14 de diciembre luego que Kiir supuestamente ordenó el arresto de Machar (de la tribu nuer), a quien había despedido abruptamente del gobierno en julio último tras acusarlo de traición.

La más joven nación del planeta ha tenido problemas para contener las tensiones étnicas desde su independencia del vecino del norte, República de Sudán, en 2011.

Estos últimos enfrentamientos internos han dejado casi mil muertos, alrededor de 100 mil refugiados o desplazados, y cuantiosas pérdidas económicas en un país empobrecido que vive sobre todo de la venta de petróleo.

Kiir y Machar son considerados por muchos ciudadanos como héroes de guerra y moldearon sus nombres en la época de lucha contra un enemigo común -Sudán, del norte- dirigidos ambos por una figura política clave en esos años: el doctor estadista John Garang.

A medida que la crisis se agrava, agencias humanitarias calcularon que necesitarán 160 millones de dólares desde ahora hasta marzo para proporcionar agua, saneamiento, atención médica y alimentos a los miles de damnificados en las 10 provincias.

En Bor, Jonglei, la jornada festiva de la víspera estuvo caracterizada por un escenario de tiendas saqueadas, hospitales sin medicina ni doctores, viviendas quemadas y, a ambos lados de las carreteras, ríos de gente trasladando pertenencias.

El Consejo de Seguridad de la ONU votó esta semana a favor de añadir miles de soldados más a su presencia pacificadora en Sudán del Sur con la misión de proteger vidas civiles en el país subsahariano, con un territorio mayor que España y Portugal juntos.

Tropas y partidarios de Riek Machar anunciaron ayer que tenían bajo control a Malakal, ciudad capital del estado Alto Nilo, ubicado en el norte, cerca de la frontera con República de Sudan y Etiopía, y en un zona de importantes yacimientos petrolíferos.

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