De los 250 mil árboles que la Delegación Azcapotzalco tiene registrados en parques, jardines, camellones y vía pública, el 20 por ciento, representa riesgo para la ciudadanía que transita por las calles, por lo que se instrumentó un programa para censar, diagnosticar y realizar un saneamiento forestal.
La primera de las acciones consiste en el levantamiento de un registro de especies, luego un diagnóstico, de acuerdo a las normas establecidas por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del Distrito Federal (PAOT), para identificar la salud del individuo y tratamiento a seguir.
Cuando se realiza reforestación se buscan especies adecuadas como ciruelos, frutales, trueno o ciprés italiano, que no representan riesgos de altura y holgura en sus raíces, mientras que al realizar obras de sustitución de banquetas y guarniciones utilizando concreto hidráulico, se busca respetar espacios de siembra, para evitar el estrés hídrico.
“Es mejor prevenir que dar soluciones radicales que afecten el entorno urbano y el medio ambiente, queremos evitar problemas que deriven en un daño material mayor”, señaló el Jefe Delegacional Sergio Palacios Trejo.
Actualmente el 40 por ciento del arbolado urbano está conformado por jacarandas, hules, fresnos, laurel de la india, tules y ficus, que resultan peligrosos por la extensión de sus raíces y ramas, en algunos casos registran crecimiento de 15 o 20 metros, bloquean el cableado eléctrico, telefónico y luminarias.
Al superar los 10 años de siembra, estas especies riesgosas rompen banquetas e invaden el arroyo vehicular, algunos con inclinaciones de 20 grados o más que implican riesgo de caída.
“Realizamos dictámenes de acuerdo a la norma ambiental establecida por la PAOT. Si el árbol no significa un riesgo para la gente, se diagnostica para tomar la mejor decisión y favorecer la seguridad de la ciudadanía, pero también la de los árboles”, comentó Armando Cárcamo Olmos, jefe de la Oficina de Reforestación Urbana.