Canteca de Macao: rock, salsa y jazz con dejo flamenco

Por Miguel Lozano

Madrid (PL) Escuchar al grupo español Canteca de Macao, puede resultar una experiencia reveladora para amantes del flamenco, el reggae, el jazz, el rap o la música latina, porque el grupo que cumplió 10 años en 2013 tiene de todo eso y más.

Sin ser estrellas comerciales se han labrado en España sobre todo un reconocimiento que les garantiza seguidores en el ambiente «underground» con una música difícil de clasificar pero de buena factura, con tintes flamencos y letras irreverentes pero inteligentes.

Los hijos del hambre no tienen mañana. Para vivir tengo que arriesgarme a morir, gritan en una de sus canciones mientras en otra advierten que «cuando llegue el día de mi entierro estaré rodeá de tós mis muertos… de los buenos…»

Su discografía incluye Cachai (2005, reeditado en 2008), Camino de la vida entera (2007), Agua pa’la Tierra (2009) y Nunca es Tarde, un disco autoproducido y distribuido por Kasba Music en 2012.

Hasta a ellos mismo les cuesta trabajo ponerse una etiqueta, pero no parecen sentir pena por esto, sino por el contrario consideran que es una virtud porque muestra lo que les gusta, sin la formalidad de las barreras, como explican a Prensa Latina en una entrevista en Madrid.

Para Ana Saboya, cantante y compositora, definir la música de su banda es muy difícil. Justamente, aclara, es muy complicado porque tenemos influencia de un montón de estilos. Estamos investigando todo el tiempo y cada disco es un paso más.

No sabemos como definirlo: salsa, rock, rumba española…

¿Y flameco?

Si, flamenco también, lo que pasa es que nosotros no hacemos flamenco puro. Lo entendemos como lo hemos vivido y lo expresamos a nuestra manera, afirma Chiki Lora, cantante, compositor y guitarrista.

En opinión de Ana es difícil catalogarse en ese género porque «para quienes en España nos dedicamos a la música, hablar de flamenco es algo grande. Se habla con mucho respeto porque es un género con sus palos muy cerrados y una mecánica musical muy concreta».

Tenemos influencia porque lo escuchamos, pero yo no diría que en nuestra música hay flamenco como tal. Inspiraciones flamencas sí, aduce Ana, cuyo cante aflamencado desdice su afirmación que, por otra parte, evidencia el respeto por ese género.

Interrogado sobre los puntos de contacto de la música española con todo lo que aglutina Canteca de Macao, Chiki asegura que está en las vivencias del grupo.

Anita, dice, tiene una manera de cantar aflamencada aunque no haga flamenco puro, es el timbre. Mi voz es rasgada, particular de aquí, también del rock español. Es algo que pertenece a nuestra identidad. Es resultado de nuestra manera de vivir la música.

Por su parte, Ana asegura que les gusta la música sin prejuicios. No nos dedicamos a escuchar un estilo solamente y de todo el abanico al final nos sale esa mezcla, influenciada por lo que hemos escuchado.

Más extraño que su visión de la música pudiera ser el nombre de la banda: ¿Por qué Canteca de Macao?

Ana afirma que bautizaron el grupo un día con prisa, porque tenían su primer concierto, muy chiquitito, en un barrio de Madrid. Nos gustó la sonoridad de la dislexia Canteca de Macao por Manteca de Cacao.

Luego, afirma entre risas, ha habido gente que le puso significados. Ha habido valientes que si lo han hecho como Mao, un antiguo integrante de la banda que dice que Canteca viene de «cante» y macao como el sabor: «Pero se lo inventó él», asegura.

Interrogados sobre su visión de la actualidad de la música española, Chiki estima que en el país y en concreto en Madrid, los músicos viven un momento apoteósico. Hay mucha mezcla, jazz, ritmos cubanos… es un momento muy bonito.

Sin embargo precisa que la crisis lleva a gente muy buena y de mucho nivel a estar buscándose la vida. En el aspecto económico va mal, pero en el aspecto de ebullición musical va increíble, puntualiza.

Ana coincide en que se debe distinguir dos esferas: una la comercial, más orientada al pop y por debajo de una expresión underground que califica de «brutal».

Además -dice- en Madrid como confluye gente de muchos sitios, hay gran cantidad de aportes, multitud de jam sessions, músicos de alto nivel que crean géneros nuevos y lenguajes nuevos, pero no tienen el apoyo de las grandes plataformas.

A la pregunta de cuál disco los ha dejado más satisfechos, ambos coinciden que el último, titulado Nunca es tarde.

En opinión de Ana se debe a la peculiar historia de Canteca de Macao, que comenzó sin pretensiones profesionales y con un proceso de aprendizaje en el camino. Cuando llegamos a hacer este disco, tuvimos las ideas más claras de lo que queríamos expresar, asegura.

De hecho Nunca es tarde no tiene productor y fue responsabilidad de ellos mismos. La producción resultó un poco caótica a veces, pero ha dado un fruto del que estamos orgullosos. Tiene un montón de estilos unidos por la misma raíz, afirma Ana

En opinión de Chiki, el disco expresa lo que son ahora, porque cada momento ha sido distinto. Cachai, recuerda, fue el disco que les dio a conocer y reflejaba el momento de ellos y de Madrid en ese tiempo.

Ambos se consideran casi autodidactas. «Callejeros» dice Ana entre risas, aunque en el camino ella tomó clases de canto flamenco y Chiki de guitarra, pero casi todos los demás del grupo han estudiado música.

Sin embargo Ana, aunque valora la disciplina artística, favorece «el sentimiento que te nace. A mi me puede más que la constancia del estudio. Si fuera a relacionarme con un movimiento artístico sería como impresionista. Te lo pinté y ahí te lo digo».

Chiqui, por su lado, admite que el estudio le ayudó a abrir caminos en acordes y armonía para expresarse mejor, sobre todo con la guitarra. Me ha hecho descubrir más caminos a la composición, subraya.

Entre los proyectos de la banda está ahora una gira por Italia y Suiza, con una estancia en Francia por confirmar, la realización de un nuevo disco en 2014 y la compilación de versiones que hicieron en 2013 de 10 de sus éxitos en 10 años de vida artística.

Todo ello sin dejar de brindar sus conciertos que le garantizan un buen número de seguidores aún en tiempos de crisis y sin contar con el respaldo comercial de una industria que parece preferir la banalidad a la inteligencia.

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