México, 14 ene (PL) Fuerzas federales ingresaron hoy a Apatzingán, en el estado mexicano de Michoacán, y tomaron el control de la seguridad en ese municipio, informó el alcalde de la localidad, Uriel Chávez.
En tanto, los elementos de la Policía Municipal fueron desarmados y se les mantiene acuartelados en espera de órdenes, después de que el Gobierno anunciara ayer que asumiría la seguridad en esa entidad federativa ante la ola de violencia de los últimos días.
Los efectivos del Ejército mexicano y de la Policía Federal resguardan el Palacio local, edificio que fue parcialmente incendiado durante el pasado fin de semana, cuando también se registraron daños a comercios y bloqueos de carreteras.
Al mismo tiempo, unos dos mil efectivos federales, apoyados por helicópteros, patrullaban este martes la zona de Tierra Caliente michoacana, escenario de enfrentamientos entre narcotraficantes y autodefensas.
Tras el ultimátum dado la víspera por el Ejecutivo mexicano para que los grupos de autodefensa se desarmaran, esos colectivos manifestaron su decisión de mantenerse en pie de lucha hasta que se capture a los líderes del cartel Los Caballeros Templarios.
Durante la jornada de hoy se reportaron enfrentamientos entre los militares y esas agrupaciones de vecinos armados, que según varias fuentes pueden haber dejado de dos a cuatro civiles muertos.
Por su parte, el procurador General de la República, Jesús Murillo, aseguró que el Gobierno ya empezó a restablecer el estado de derecho en Michoacán.
El Ejecutivo está haciendo todo lo posible para no generar violencia, pero no podemos permitir que alguien más la genere, nos va a costar trabajo y tiempo resolver este problema, pero lo conseguiremos, afirmó.
Los grupos de autodefensa intentaban expandir su influencia y acabar con el predominio del cártel de Los Caballeros Templarios, que ha respondido con la quema de comercios, vehículos y sedes oficiales.
Desde hace varios meses Michoacán vive una ola de violencia que se intensificó este fin de semana con diversos disturbios ocurridos en Apatzingán, tras lo cual civiles armados tomaron la población de Nueva Italia.